Coincidentemente una carta cruza por debajo de las puertas de varios chicos.
Todos son citados para participar en uno de los reality show más conocidos del habla hispana, off cameras.
No importan cuantos seguidores tengan, a que se dediquen o de d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sueño se aplazo para la mayoría.
La hora de almuerzo se aproximaba y muchos seguían dormidos en las habitaciones.
En la cocina estaba un Mexicano de lentes indagando en la alacena.
Se encontraba con auriculares puestos por lo que no escucho la entrada del chico Estadounidense.
-¿Hola?-. Pregunto el de ojos verdes.
-¿Ah? Hola-. Le dedico una sonrisa.
-¿Tú eres?-.
-Max, visualmente supongo que eres Alan, ¿no es así?-.
El nombrado asintió, sin decir nada se dio media vuelta y busco algo para comer. Mientras rebuscaba, un delicioso aroma a pasta inundo sus fosas nasales.
-¿Que cocinas?-. Se sentó sobre el mármol de la mesa.
-Tallarines, ¿vas a querer? Pensaba hacer para mí y mi hermano pero creo que hice demasiado, creo que alcanza para todos-. Agrego una pequeña risa en el final.
-Si no es molestia, sí, por favor, ¿Te puedo ayudar en algo?-.
El de lentes lo penso por un momento.
-Ya se, la salsa, ya cheque y no hay salsa hecha así que si quieres hazla tú-.
Los nervios invadieron al gringo.
"¿Hacer la salsa? Ni puta idea de como se hace".
Fingió tener experiencia mientras buscaba los materiales necesarios para realizar el acompañamiento.
A pesar de haber sido actor, no pudo engañar al contrario quien pudo detectar que no tenía idea de como se hacía en el momento que puso manos en los ingredientes.
Quizo ver cuanto aguantaba sin ayuda, por su parte, procuraba no quemar la pasta.
Los minutos pasaban y en cuanto a la creación del ojiverde no había avances.
El contrario evitaba reír, se notaba a millas que en su infancia no le habían permitido hacer nada por su cuenta y si es que lo habían hecho nunca lo habían guiado.
Finalmente, un suspiro de su parte.
-No puedo-. Por primera vez río.
Su acompañante quedo en blanco, nunca había escuchado una risa tan linda como la de él, puede que haya sido su impresión pero sintió sus mejillas más calientes de lo usual.
-¿Me ayudas?-. La pregunta lo saco de sus pensamientos.
