Tu Vida es mi Vida: A R T I E G O (Arturo Izquierdo × Diego Serrano)

Capítulo 04 - Noticias Inesperadas

>> DIEGO <<

-¿En serio, Diego? -me pregunta, anonadado.-¿En verdad quieres que tú y yo...

-Sí, ¿por qué?

-No, bueno... es que no me lo esperaba.

-Pero, ¿que acaso ya no quieres? -comienzo a arrepentirme de todo esto.

-No es eso... Claro que sí quiero, pero no es el momento ni el lugar -me dice, preocupado a cómo yo lo pueda interpretar.

Me alejo de él y le doy la espalda.
Reflexiono bien las circunstancias y, aún con algo de vergüenza, le doy mi comprensión.

-Sí, tienes razón -le doy, nuevamente, la cara.

-Por favor, no quiero que pienses que yo no quiero, pero...

-Arturo, está bien -lo interrumpo.-, lo entiendo.-río un poco mientras acaricio su rostro.

-Creo que sé dónde sí podríamos -se forma una sonrisa en su rostro.

-¿Dónde? -pregunto curioso.

-La casa del árbol.

-No, mala idea -tomo asiento en la cama.

-¿Por qué no? Sería perfecto -insiste.

-No me preguntes cómo lo sé, pero allí Lucía y Emiliano tuvieron lo suyo hace un tiempo.

-¿Qué? -sonríe confuso.-¿Cómo sabes eso?

-Lucía se lo contó a Andy y yo escuché sin querer -comienzo a sentirme pudoroso.-Obviamente, no quise saber más al respecto -aclaro.

-Caray... -dice él, pensativo.-Bueno, pero ese lugar es más nuestro que de cualquiera que haya estado allí -se acerca y toma asiento junto a mí.-Allí fue donde casi te beso por primera vez -me recuerda, haciéndome sonreír tan sólo mencionarlo.-, y entre otras cosas más que no mencionaré.

-Okay, ya entendí el punto.

-¿Entonces?

Sonrío a modo de respuesta positiva.
Él logra entenderlo y, sin decirnos una sola palabra más, nos besamos mientras nos acariciamos y tocamos nuestras partes íntimas.
Esto podría interpretarse como si estuviéramos a punto de hacerlo, romper las reglas e ignorar las circunstancias, pero no será más que un simple faje en un momento tenso, entre dos adolescentes con las hormonas al cien por ciento que lo único que desean es darle gusto al cuerpo.

-Chicos, ¿están ahí? -pregunta la madre, luego de tocar la puerta y tratar de ingresar.

-Mierda -quito a Arturo de encima con un leve empujón, me levanto y acomodo mi ropa para no dejar evidencia clara de que estábamos teniendo un momento íntimo.

-Calma, cerré con seguro -dice Arturo, haciéndole gracia mi reacción y comportamiento involuntario de la situación.-Sí, mamá -le responde.

-¿Que no piensas abrirle? -tomo asiento y me cubro con una almohada ciertas partes.

-No.

-¿Por qué?

Descendiendo la mirada, me indica la razón.

-Por Dios, Arturo -tomo otra almohada y se la aviento en el rostro para que también se cubra como yo. Procedo a cubrir mi rostro con una de mis manos, pues me es inevitable no sentirme avergonzado.

-Ay, por favor Diego -ríe, tomando y cubriéndose con la almohada que había caído al suelo.

Puede que esté exagerando, pero en mi diario de vida no describiré cada cosa que veo y toco... ¿o sí debería?