An Qinru siguió a Wen Yiran de regreso a la casa de los Wen. En todo el camino, Wen Yiran no dijo una palabra, su rostro estaba inexpresivo.
Estaba un poco asustada, nunca lo había visto así antes, ya fuera feliz o enojado, él lo demostraría. Definitivamente no sería una respuesta indiferente como lo era ahora.
– Esto la hizo entrar en pánico.
"Yiran, yo... yo solo..." An Qinru abrió la boca. "Quería pedirles que ayudaran a la familia Wen..."
Wen Yiran no dijo nada y condujo de regreso a la casa de Wen en silencio durante todo el camino.
No le importaba si An Qinru seguía su ritmo o no, él entró primero, An Qinru apretó los dientes pero lo siguió.
En el interior, Xu Wei estaba sentado en el sofá. Tan pronto como la vio acercarse, inmediatamente se levantó y maldijo en voz alta...
“Perra, ¿quieres irte? ¡Te lo digo, es imposible! Ya que te casaste con un miembro de nuestra familia Wen, ¡no pienses en irte! ¿Cómo te atreves a correr furtivamente hacia la familia Chi, puta desvergonzada, maldición, por qué nuestra familia acogió a alguien como tú? Te lo digo, ahora la familia Wen…”
Ella habló una y otra vez de que básicamente todos los sirvientes de la familia se habían ido. Todos conocían la situación actual de la familia Wen, ya no podían pagarles su salario y todos tenían que vivir. ¿Qué tipo de persona trabajaría gratis para la familia Wen?
Además, la gente de la familia Wen no era muy bondadosa y los había tratado mal en el pasado, por lo que naturalmente se dispersaron.
Wen Jingsen estaba acostado en la cama y sólo sabía cómo perder los estribos. ¿Cómo podría Xu Wei atreverse a decirles algo a él y a Wen Yiran?
Como resultado, toda la ira que estaba reprimiendo estaba dirigida a An Qinru.
Cuando An Qinru escuchó estas palabras, su cabeza estaba "zumbar" y no pudo evitar decir: "¿Crees que quiero estar en la familia Wen ahora? ¡Si tienes agallas, échame! Si no hubieras maltratado a Wen Yu, ¿cómo podría haber tomado represalias contra la familia Wen?
“¿De qué estás hablando, maldición? ¡Lo creas o no, te mataré!
"Vamos, golpéame de nuevo, si me vuelves a pegar, te demandaré por violencia doméstica, ¡justo a tiempo para divorciarme!" Dijo An Qinru inconscientemente.
Xu Wei dijo enojado: “¡Efectivamente, esta perra solo quiere el divorcio! ¡Sueña!"
Al ver que los dos estaban a punto de pelear de nuevo, Wen Yiran dijo a la ligera: "Mamá, sube a ver a papá, no se lo puede dejar solo allí".
Cuando la voz aterrizó, Xu Wei inmediatamente detuvo su voz. Al ver que Wen Yiran tenía algo que decirle a An Qinru, se levantó con calma y subió las escaleras.
Sólo Wen Yiran y An Qinru quedaron en el salón.
La ira y la confianza desaparecieron de repente, An Qinru abrió la boca y por un momento no supo qué decir. No sabía por qué, podía pelear con Xu Wei, pero inexplicablemente no se atrevía a enfrentar a Wen Yiran.
Wen Yiran encendió un cigarrillo y fumó. Parecía estar perdiendo espíritu recientemente. Al fumar un cigarrillo así, parecía que aún habría más cambios importantes en la vida.
Dijo: "La familia Wen había caído hasta este punto, simplemente no me tomé el tiempo para lidiar con eso, de hecho, no quería mantenerte en la familia Wen".
An Qinru quedó desconcertado.
“En ese momento, siempre pensé que eras sincero conmigo y que todavía hay mi hijo dentro de tu vientre. Ciertamente no podía dejar que nos siguieras cayendo en la ruina. Era como si en ese momento no quisiera casarme contigo, pero considerando nuestra relación anterior y viendo que eras delicado y lamentable, estaba dispuesto a casarme contigo y dejar que te casaras con un miembro de la familia Wen”. La voz de Wen Yiran era suave.
