×Ten×

415 30 28
                                    

—Que me gustas. —confesó, completamente perdido en la de los cafés de Bill, quien lo miraba con diversión. Tom se percató de lo que acababa de decir, poniéndose rojo de inmediato.
—Y-yo...quiero d-decir...s-sí, eh...m-me gustas...u-un poquito...

Bill se río.

—¿Sólo un poquito? —preguntó, haciéndo un adorable puchero, que hizo temblar la expresión de Tom. "Joder, es demasiado adorable...¿Estará mal que me lo quiera follar ahora mismo?", pensó Tom, mordiendose el labio inferior.— Porque tu a mi me gustas mucho, Tom...

El mayor sale de su ensoñación, mirando sorprendido a Bill.

— ¿E-en serio? —Bill asiente, convencido. Tom sonríe, pero entonces, recuerda algo, y su sonrisa se borra.—Pero... ¿Te gusto yo o...mi polla?

La expresión de Bill pasa de ser sonriente a ser avergonzada en menos de cinco segundos. Sus mejillas se ponen rojas por completo, el color llegando a sus orejas también.

— Anoche dijiste que estabas enamorado de "Mi gran amigo".—relata Tom, haciéndo comillas con sus dedos. Bill abre los ojos desmesuradamente.

—¡¿Yo dije eso?! —exclama, completamente abrumado.

—¿No te acuerdas? —inquiere Tom, frunciendo el ceño.

— ¡Claramente no! —grita Bill, cubriendose la cara con las manos.

— P-pero... te acuerdas de lo que pasó... entre nosotros...

— Bueno, no es algo que se pueda olvidar con facilidad, ¿sabes? ¡Follé en la cocina con el chico que he estado persiguiendo desde hace tres semanas!, ¿Cómo pretendes que me olvide de eso?

Bill se veía bastante alterado, haciéndo preocupar a Tom.

— N-no debes sentirte mal, Bill. No es la primera vez que me dices algo así. —intenta consolarle Tom, haciéndole sentir peor.

— Ah, mierda...—Bill suspira pesadamente. Se levanta del regazo del regazo de Tom y se deja caer a su lado en la cama.— Ya entiendo porque crees que mis sentimientos no son reales sino que van dirigidos a tu pene...

— Y-yo no dije eso...

— Lo insinúaste.—le acusa Bill, señalandolo acusadoramente. Tom no responde y Bill suspira, nuevamente.— Yo también tengo un problema...

— Filia.—interrumpe Tom.

— ¿Eh?

— Tú no tienes un problema. Tienes una filia.—le hace saber el mayor.— No estoy seguro de como se llama, pero la tienes. No puedes hacerlo con hombres que tengan el miembro pequeño porque no sentirás placer... porque te gustan los miembros grandes.

Bill quiso decir algo... pero, ¿qué podría decir? Era verdad, pero, que se lo dijeran tan directamente le causaba vergüenza. Le hacía quedar como un goloso y cosas peores.

— N-no creo que sea algo malo...—murmura Tom, jugando con sus dedos.— Yo tengo varias.

— Pero tú eres un sátiro.

— No es necesario que me lo recuerdes. — Tom rueda los ojos.

— A ver, ¿y cuáles son las tuyas? —inquiere Bill, poniéndose cómodo.

Tom lo mira estupefacto.

— ¿En serio quieres hablar de mis filias? Podríamos tardarnos toda la mañana.—le hace saber, alzando las cejas.

— No tengo nada que hacer, Tommy. —canturrea Bill, recostando su cabeza en el abdomen de Tom. Este suspira, enarcando una ceja.

— Te diré sus nombres pero no lo que significan.—le advierte Tom. Bill bufa.

Falofilia (adaptación Toll) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora