×Eleven×

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— A-ah... uf, mierda, Bill...— Tom suspira, entrecortado, apretando la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos. Bill lo mira, atento, hambriento, deleitándose con la excitada expresión que poseía Tom en su rostro. Por su frente descendian gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que él mismo se proporcionaba. Estaba hecho un auténtico y hermoso desastre, y él era el causante, por supuesto que eso le encantaba.

Acuna en el interior de su boca los testículos de Tom, succionando intensamente fuerte y haciéndole apretar la expresión de su rostro, soltando una maldición en el aire, bastante fuerte.

Los lamio un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños besos calientes y un par de succiones qué hicieron levantar a Tom las caderas del colchón.

— Trágatela toda...—demanda Tom, llevando sus manos hasta el cabello de Bill. Este sonríe levemente e ingresa una pequeña parte en el interior de su boca, haciendo sisear al mayor— Se que puedes meterla más profundo, vamos...

Bill gime al rededor del hueso falo de su cavidad bucal, aumentando la profundidad con la que succiona. Los sonidos húmedos hacen que, para  Tom, todo sea casi demasiado. Bill sumerge el gran miembro hinchado del mayor en su boca, hasta donde más puede, y, con las dos manos, abarca lo que no alcanza a entrar, masajeando con esmero y buscando hacer acabar al mayor en su boca lo más pronto posible.

Se moría por sentir el orgasmo del mayor en su boca, viajando por su garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramandose a lo largo de su lengua y quería que fuese abundante.

La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las furiosas y nada  complacientes embestidas de Tom a su garganta lo hacían sentir como si fuese una puta, pues solo se excitaba mucho más.

Intento llevar una de sus manos a su propio ereccion, buscando un poco de alivio, sin embargo, al notar aquel detalle, el mayor gruñó, mirando a con los ojos liquidos en lasciva y muy enojados.

— Si quieres correrte, hazme correr primero —le advierte, con la voz ronca como el infierno. Bill gimió en desaprobación, pero aquello le hizo querer hacerle terminar mucho más rápido, así que, tomando aire profundamente, logró meter un poco más de la mitad en su boca, sintiendo arcadas. La saliva se acomodaba en abundancia en sus manos, las cuales masturbaban a Tom efusivamente.

Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza del mayor hasta que este  movió abusivamente las caderas,  dejandose caer del todo en la cama. Bill oems, entonces que se correría, pero Tom se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartandolo por completo de su erección.

Bill le miró confundido. Tom se limitó a besarle los labios con necesidad. Una vez logró juntar suficiente fuerza de voluntad para apartarse de la boca de Bill,Tom le obligó a ponerse de espaldas.

— Ponte en cuatro —ordenó, con la voz grave. Bill obedeció, un poco aturdido. El mayor se ubicó debajo del cuerpo de Bill, completamente acostado en su cabeza la almohada y dejando el culo empinado de este justo en su rostro. Bill entendió lo que el mayor pretendía hacer cuando este empujó su erección contra su boca, indicándole silenciosamente que siguiese chupando.

Y estuvo a punto de hacerlo, pero, en ese momento, Tom ahondo en su entrada con su lengua de repente, como en la madrugada, y Bill se retorcio, arqueando la espalda.

— ¡A-ah..., Tommy! —grita Bill, pues el mayor no solo le prepara con su lengua, moviéndola expertamente en su interior, si no que también acerca sus grandes y talentosas manos a su ereccion, atendiendola.

Falofilia (adaptación Toll) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora