×Five×

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— Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no —confiesa  Bill, haciéndo un puchero. Tom suelta una risita.

— Algún día tendrás un auto, Bill

— Ese es el apoyo que necesito — Exclama Bill, riéndose solo — Mis padre y Sam creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto —murmura Bill, frunciendo el ceño.

— Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable entonces, Bill

—Supongo —murmura el pelinegro, observando detalladamente el masculino perfil de Tom. Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera la cosa mas virginal que Bill había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta que Tom realmente era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo allí abajo, sino que también tenía una linda sonrisa y unos  ojos encantadores. Bill podría admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.

Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.

Incluso había hablado con Andreas acerca de su reciente y nuevo gusto por Tom, pero su amigo siempre le decía que no perdía nada con intentar confesarse.

Al parecer sus padres tenían razón, pues Bill no era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con Tom implicaba darle tiempo de acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa... Y Bill no contaba con paciencia suficiente para estar en una situación en la que Tom fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentabas con tanta frecuencia.

A pesar de que, el comienzo de aquella amistad, las disculpas, la amabilidad; fue todo por un enfermizo deseo de obtener la polla del mayor, Bill estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía fundamentos y, mucho menos, una razón válida para existir. Se podría decir que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco era que desease alejarse de Tom.

Quizá...debería empezar a considerar la idea de que "sólo amigos" no era tan malo después de todo.

— ¿Es aquí, Bill? —la voz del dueño de sus marañas mental interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta, y Bill tuvo que mirar a su alrededor para ver en donde se encontraban, pues se había perdido del todo.

— Eh... sí —murmuró Bill, observando el nombre del club al que Ricky les había invitado aquella noche.

Tom se dirigió hasta donde podía observar una hilera de autos estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.

— ¿Te pasa algo, Tom? —preguntó Bill, acercando su mano hasta el cabello del rastudo y acariciandolo levemente.

— N-nunca había salido... a lugares como estos... —confesó Tom. Bill sonrío, pues ya se lo esperaba.

— No te preocupes, mi bebé, nosotros estaremos pendientes de ti todo el tiempo, no te pasará nada —lo tranquilizó, acariciando su mejilla.

Tom le dirigió una mirada avergonzada, con un brillo de temor.

— ¿Prometes que no te iras de mi lado, Billy? — Bill tembló bajo el efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que Tom se refería a esa noche en el club, Bill no pudo evitar ponerlas en mas de un contexto... y  se sintió estúpido por ello.

— C-claro...

El mayor sonrío ampliamente, haciéndo el corazón de Bill entrar en grandes problemas. Ahora el menor temía que Tom pudiese escuchar su insistente palpitar, pues estaba golpeteando demasiado fuerte contra su pecho.

Falofilia (adaptación Toll) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora