Vacaciones tranquilas (Parte 1-3)

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Hay una frase que el poeta confesional estadounidense, John Berryman, dijo:

Hay que viajar en la dirección de nuestro miedo.

Pues si es así, prefiero quedarme en casa.

En estos momentos me encuentro en una situación en la que el señor Nakano intenta hacerme un hakai con sus ojos fríos y sin vida.

¿Todavía sigue enojado por lo que le dije en mi despido?

Maruo: Bueno… ¿les parece si almorzamos? Preparemos todo.

Un tipo bronceado y con cabello rubio dejó una enorme mochila en el suelo.

Si no me equivoco, es el secretario del señor Nakano, Ebata creo.

Por cierto, ¿por qué su rostro me parece familiar?

Y en un tema aparte… ¿en qué momento las chicas hicieron las paces con su papá?

Creí que todo este asunto sería un problema sin resolver a largo plazo.

¿¿??: ¿Qué te pasa?

Casi salto del susto cuando escuché la voz de Nino hablarme detrás de mí.

Yuuya: ¿Nino?

De todas las cosas, Nino vuelve a hablarme.

Con su repentina confesión en Revival, no la había visto desde entonces. Verla ahora me está poniendo un poco incómodo.

Nino: ¿Qué? Si quieres decir algo, dilo… Yuuya.

¿Me acaba de llamar por mi nombre de pila?

Miku: U-un momento… --- se acercó a nosotros con pasos temblorosos --- Lo llamaste por su nombre de pila. ¿Qué te pasa, Nino? Normalmente lo llamas imbecil o… virgen.

Con solo decir qué le pasaba es suficiente.

Nino: ¿Eh? ¡Ah! Ya hace medio año que nos conocemos. Va siendo hora de que seamos más cercanos, ¿no?

Miku: Pues… lo he pensado, pero…

Nino: ¡Oh, ya sé! ¿Qué tal un apodo? --- propuso --- ¡Miku, invéntale uno!

Miku: ¡¿Yo?! --- preguntó sobresaltada y sonrojada --- Ar… Yu… Yuuya… kun… ¡Yuu-kun! No puedo.

Adorable.

Nino: Oye, no está mal --- dijo, satisfecha por mi nuevo apodo.

Jamás acepté que me llamara así, pero sospecho que lo hará sin importar lo que diga.

Miku: O-olvida eso, hay que almorzar --- dijo, empujando a Nino lejos de mí.

Nino: Hai, hai, ya entendí.

Esto es extraño. No, en realidad todas están actuando de forma extraña.

A excepción de Miku y Nino, ninguna de las chicas me mira. De hecho, parecen estar distantes de mí.

¿He hecho algo que yo no sepa?

Bueno, la única forma de saberlo es preguntarle a la quintilliza de más confianza tengo.

Yuuya: Oye, Itsuki…

Maruo: Itsuki-kun, ¿qué haces?

Mi frase se vio interrumpida con la repentina aparición del señor Nakano poniéndose entre Itsuki y yo.

El hombre ideal para todas - Temporada dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora