XIII.- Los sentimiento de Derek

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— ¿Qué tal ha sido el reencuentro con todos? Lamento haberme ido, pero creo que necesitaban su espacio y quedé con los chicos desde antes. No sé que podrían haber hecho si no me presento. No quiero otra vez a cachorros perdidos buscándome como locos. — le dijo Stiles de manera distraída mientras entraban a la cafetería.

— Sigues hablando mucho. — sonrió con ternura — Estuvo bien, Lau es igual que como la recordaba y fue bueno hablar con mamá y papá. De verdad muchas gracias por eso.

— Me hubiera gustado traer a toda la manada Hale, pero muchos de ellos cruzaron al otro lado, los chicos fueron los que se quedaron. — sonrió levemente — Los niños estaban emocionados por hablar con ustedes, además Joel estaba bastante nervioso.

— Sí, ellos han sido los mejores. Me sorprendió que Irene, Dani y Javier se fueran contigo. Ellos solían ser mis mejores amigos, eran familia y hacíamos todo tipo de travesuras. Me alegra verlos de nuevo aunque no haya podido hablarles.

Stiles sonrió y dejó un leve caricia en el brazo del mayor.

— Ellos solo están asustados y confundidos. Para ellos el tiempo se detuvo y se quedaron de esa edad, ahora regresaron y la persona que era su mejor amigo ahora es mayor y muy diferente. A pesar de que te conozcan porque te han visto todos estos años es otra cosa poder hablarte.

— Me imaginé que esa era una de las razones por las que te siguieron. Me alegra que hayan encontrado un refugio contigo.

— Creo que yo también lo encontré con ellos, me siento tranquilo y a gusto a su lado. — rio levemente — Son como los hermanos que nunca tuve. Me gusta esta sensación.

— Es la sensación de una manada, además del lazo de sus lobos que han forjado a tu lado. No eres completamente humano así que debes de sentir el lazo y por eso estás tan tranquilo. Te pasa lo mismo con los betas, ellos no solo se volvieron tus amigos, ellos te importan y los proteges. Y sé que te ven de la misma forma.

— Pero no soy manada.

— ¿Quién dijo eso?

— Como nunca lo hemos hablado no pensé que fuera un miembro de la manada. — llegaron al mostrados y el castaño se dedicó a pedir todos los cafés, desde antes les había pedido una lista a todos para llevarles todos los cafés. Los betas los esperaban fuera de la cafetería para poder llevar todas las bebidas.

Derek solo podía ver con incredibilidad al castaño. ¿De verdad Stiles pensaba que no era parte de la manada? ¿Después de todo lo que había hecho por ellos? Él era manada desde el momento que decidió cuidar de los betas como si fueran suyos. Stiles no era solo un amigo, era un beta en su manada y así lo sentía él. Claro que Derek también sentía una conexión mucho más profunda con Stiles, le gustaba tenerlo cerca, amaba su olor, cada vez que lo veía le trasmitía calma y paz. También, le parecía la persona más hermosa que allá conocido, no solo por su interior sino que era hermoso: amaba sus ojos tan brillantes y profundos al mismo tiempo, su cabello tan sedoso que moría por acariciarlo todos los días, los lunares que cubrían todo su cuerpo, solo quería jugar con ellos y ver cuántas constelaciones podría ver. Simplemente le encantaba Mieczyslaw Stilinski.

— Stiles tú eres parte de la manada y no tienes que pensar en lo contrario. Eres parte de nosotros y todos estamos de acuerdo con eso. — le dijo Derek en cuanto pagó los cafés.

— ¿De verdad? — sonrió con alivio — La verdad tenía miedo de estarme metiendo donde no era recibido.

— Eres más que recibido. Si quieres puedes volverte un miembro oficial en la siguiente luna llena, ya sabes más bien hacer conforme las tradiciones.

— Con un mordisco en la muñeca, ¿verdad?

— Si. No te voy a transformar.

— No estoy preocupado, sé que jamás harías algo que vaya en contra de lo que quiero. Eres un buen Alfa, sourwolf. Ahora puedes pedirle consejos a Lau y a tu madre.

— ¿De verdad? Estaba un poco confundido y por un momento pensé en darle la chispa a mi madre, pero ella se negó al igual que Lau.

— Es porque te mereces esa chispa, has cuidado de la manada y has luchado solo. Mereces tenerla y mereces seguir convirtiéndote en un gran Alfa.

Derek sonrió y no pudo evitar tomar la mano de Stiles y besar el dorso de la misma. El castaño solo miró con un sonrojo.

Afuera de la cafetería Daniela y Erika saltaban como locas mientras veían con ternura la escena, era como ver su propio dorama.

Los demás solo estaban felices porque esos dos parecían acercarse más, era obvio que se querían, pero eran muy lentos.

— Gracias, Mica. — le dijo Derek con un brillo en los ojos.

Stiles sonrió con ternura, le gustaba su apodo viniendo de Derek. Se sentía... correcto.

— No hay de que, Der. Ahora ve a llamar a los cachorros para que nos ayuden con todo esto. — miró las bebidas que eran más de cuarenta junto con algunos pasteles. A este paso tendrían que pedir todo a domicilio y en camiones. Una manada tan grande era difícil de mantener, Thalia iba a tener que darles muchos consejos.

*

Stiles sonrió cuando se vio aplastado por los menores de la manada, los niños lo había dejado entrar y repartir las cosas que tenía en sus manos para luego saltar sobre él.

— Yo también los extrañe, cachorros. Aunque solo me fui unas horas. — dijo Stiles entre risas.

Los niños se quitaron de encima de él y permitieron que Joel y Derek lo ayudaran a levantarse.

— Ellos son más unidos a ti de lo que piensas. — le dijo Joel con diversión.

— Eso parece. Ahora jovencito, ¿todo bien con tu padre? — le preguntó Stiles como una madre, hasta puso sus manos en su cintura.

— Todo bien, ya lo había extrañado. Tenías razón, no hay porque temer. — miró a la castaño detrás de Stiles — Hola, Mal. Veo que ahora eres tú la mayor. — le dijo Joel con diversión.

Stiles negó con la cabeza y acarició el cabello del menor. Con eso Joel se acercó a su hermana y el humano miró a los demás para que los dejaran solos.

Cora corrió hasta estamparse con Stiles.

— Y el suelo se volverá mi mejor amigo. — dijo el castaño esperando el golpe, pero en vez de eso fue detenido por los brazos de Derek.

— Cora, recuerda que Mica no es un lobo y si lo abrazas con fuerza puedes tirarlo. — la regañó Derek sin darse cuenta del apodo que había usado.

— Así que Mica. Uy hermanito. — dijo Laura riendo al ver el sonrojo de su hermanito menor.

Derek gruñó levemente.

Cora seguía abrazada al castaño como koala.

— Muchas gracias de verdad, Sti. Gracias, eres el mejor. — le dijo Cora mientras frotaba s mejilla contra el pecho del humano.

Stiles solo podía sonreír, en ese tiempo no había visto a la chica tan feliz y le gustaba ver eso en ella. Su trabajo estaba hecho con ese pequeño detalle.

— Creo que vamos a tener que competir por tu cariño, querido castañito. — le dijo Aster con diversión.

— Pero recuerden dejarlo respirar y es mi favorito. — dijo Jaime con orgullo.

Y Stiles solo pudo sonreír más y más grande al ver a los Hale tan felices. 

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