Fantasmas

XVIII.- Despedida

Stiles suspiró, estaba tratando de relajarse, no quería perder el control, tenía que ser serio y tener claro su objetivo.

Tranquilo, niño. En el momento en que la matemos lo más probable es que pueda reencontrarse con su pequeño.

— Lo sé. — sonrió con cariño cuando vio a Derek asentir. Todos estaban listos. La manada Alfa entraría con él primero y los Hale se quedaría en la retaguardia, su presencia estará bloqueada por una de las habilidades de Takehiko.

— Vamos, cachorro. — le dijo Deucalion mientras sostenía sus hombros con cariño.

Stiles sonrió y luego miró a Kali y tomó su mano.

— Todo estará bien, no necesitas preocuparte más. Déjanos todo a nosotros, por eso somos familia.

— Esta bien, gracias.

— Veo que se atrevieron a venir y más tú, mi querido Mica. Sabes, yo siempre quise decirte la verdad de nuestro mundo, te sería más sencillo sobrevivir y ver lo que pasaba a tu alrededor, que no estabas solo. — miró a la manada con odio — Pero ellos siempre buscan la manera de hacernos sentir solos, de ocultarnos secretos y dejarnos en la oscuridad. Se jactan de ser una manada, pero cuando las cosas se complican son los primeros en huir. — se acercó al menor — Siempre has sido más inteligente que los demás, deberías saber que lo mejor no es quedarse en una manada. Eres alguien poderoso, sobrino. Únete a mí y así puede que no te mate. — le dijo Julia con una "dulce" sonrisa.

— Tía, no puedo ni imaginarme el dolor que debes de sentir, pero la manada no tiene la culpa. A veces las cosas pasan y no podemos evitarlas, la muerte de tu cachorro fue un terrible accidente. — se acercó lentamente — No puedes traerlo de nuevo, eso va en contra de todas las leyes naturales, no es bueno. No puedes jugar con la muerte, incluso si lo traes de regreso su alma ya pasó mucho tiempo del otro lado. — un aura oscura lo rodeo — No recuperarás a tu cachorro, no de la manera en la que quieres. — le dijo Stiles sintiendo el poder de Takehiko recorrer cada parte de su cuerpo.

— ¡No entiendes! ¡ME ARREBATARON A MI CACHORRO! — vio a Kali — Y ella no hizo nada, ni siquiera le importo.

— ¿Cómo puedes decir eso? Tía Kali también era su madre y como lobo sintió ese lazo arrebatado mucho más fuerte que tú, no minimizó tu dolor, pero el mismo dolor que tu sentiste ella lo sintió.

— No es verdad.

Julia estaba perdiendo la paciencia. Los lobos sabían que también estaba haciendo tiempo para que pasara el Eclipse y perdieran sus habilidades.

— Tía Julia, es verdad. A todos les afectó la muerte del cachorro. — tiró del lazo de los Hale — Una manada es un vínculo mucho más fuerte que cualquiera, todos ellos están para apoyarse en las situaciones malas y las peores. Las cosas no son tan sencillas, las circunstancias pueden empeorar en cualquier momento.

— ¿A dónde quieres llegar?

— Decidiste seguir un camino del que no te puedes arrepentir, un camino que tiene malas consecuencias. Para ti ya no hay retorno, pero date la oportunidad de perdonar antes de morir.

La mujer rio con diversión.

— ¿Morir? ¿Vas a matarme, Mica? ¿A mí? — lo miró molesta — Fui la única persona que siempre estuvo para ti después de que tu madre muriera, la única que te consoló con tus pesadillas o cuando hablabas con fantasmas. No puedes matarme.

Los ojos del castaño estaban llorosos y sus manos temblaban, pero las palabras de Takehiko lo tranquilizaban.

— Justo por eso te mataré, por el amor que te tengo que acabar con este camino que elegiste.

Los lobos se lanzaron al ataque y el aura oscura alrededor del castaño incrementó. Su ojo derecho se tornó violeta. Se acercó detrás de los lobos de manera sigilosa y rápida. Julia no lo alcanzó a ver, pero cuando lo distinguió sintió su agarre sobre su garganta y luego un inmenso dolor. Stiles tenía unas pequeñas garras negras y las enterró en su espalda dejándolas ahí mientras dejaba que el poder de la oscuridad acabara con la vida de la mujer poco a poco hasta que su corazón dejó de latir.

Kali corrió a tomar el cuerpo de su exesposa, lo acurrucó contra ella y lloró su perdida mientras se mecía levemente.

Derek fue el primero en llegar a Stiles y lo abrazó con cariño mientras dejaba suave caricias sobre su cabello. El castaño se negó a soltar tan solo una lágrima, no quería sentirse de esa manera.

Gracias por liberarme, pequeño. Espero que vivas de manera tranquila y cuides de los demás. Lamento mucho todo lo que hice. — se desvaneció en el aire siendo la mujer de antes con esa dulce sonrisa que siempre ayudó a Stiles a seguir día con día.

Al final Julia se fue como la mujer que era, esa tierna mujer que se arrepintió de todo lo malo que hizo. El castaño estaba seguro de que reuniría con su pequeño cachorro que perdió hace tiempo.

*

Stiles sonrió con cariño al ver a su manada, había hablado con ellos y les había explicado su acuerdo con Takehiko. La mayoría estaba triste, no se enojaron, pero lo entendieron. Le dolía saber que tendrían que estar lejos del castaño, de un miembro de la manada.

Derek suspiró mientras disfrutaba del aire nocturno.

— ¿Estás bien? — le preguntó Stiles mientras se colocaba a su lado.

— Lo estaré. — miró al castaño — Solo estoy triste, voy a extrañarte. Pero entiendo lo que tienes que hacer y lo mucho que son importantes las promesas para ti, pero siento que me quedo atrás.

— Ey, estaremos lejos pero eso no significa que me dejes de importar. — tomó el rostro del lobo entre sus manos — Yo tampoco estoy muy emocionado con esto de tenerme que ir, pero así son las cosas.

— Ni siquiera le hemos dado un nombre a esto que tenemos.

Stiles sonrió y pegó su frente sobre la del lobo.

— Quiero estar a tu lado, Der. Quiero seguir estando a tu lado hasta que seamos viejitos y tengamos miles de nietos, quiero todo contigo. No sé si quieras darle un nombre a eso o simplemente podemos esperar a que regrese.

— Yo también quiero eso y me gustaría que lo llamemos promesa. Ahora eres mi novio y no importa el tiempo que tengo que esperar y lo haré.

Stiles sonrió con tristeza.

— Voy a escribirte todos los días y te llamaré. No vas a deshacerte de mí tan fácilmente y menos que ahora somos novios. Eres mío, Derek Hale.

— Y tu eres mío, Mieczyslaw Genim Stilinski.

Ambos sonrieron y la diosa luna fue testigo de ese hermoso beso que fue el primero y último que se darían en mucho tiempo.

*

Javier, Daniela y Stiles salieron de la mansión cuando todos dormían, era el momento decir hasta luego porque era el inicio de su viaje. Un viaje que no sabían cuando tendría su final.

— Nos vemos pronto, manada. — susurró Stiles mientras se adentraba en la oscuridad junto con sus fieles lobos.

Para cuando Derek despertó se encontró con una fotografía en su mesa de noche, en ella estaban él y Stiles viéndose con profundo cariño. Detrás de ella había algo escrito:

Nos veremos pronto, mi sourwolf.

Esto no es un adiós solo un simple hasta luego.

Te amo.

Derek sonrió porque después de leer la nota su celular vibró y se encontró con la fotografía de su ahora novio en los asientos de un avión con Javier y Daniela a su lado.

— Nos vemos, castañito.