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Por supuesto, todo lo que hace desde que llega a la casa está bajo los ojos de Pa. Nada escapa su escrutinio, es una de las razones por las que se esfuerza tanto en los autos y finge que el entrenamiento de sus poderes no da resultado. Sabe que mientras más desarrolle sus poderes, más está en peligro de ser vendido. Su carta para quedarse es sacar a relucir lo que aprendió en la universidad y bajo la tutela de Alan. Es suficientemente útil en la casa, pero no una mercancía. Pa le hizo todo un cuestionario exhaustivo de su historia. Solo tiene que ser sincero con la mayoría de las cosas, incluso decir que pudo engañar a Alan para ser cercano a él, pero que fue descubierto. Todo es cierto, excepto sus motivos para llegar de nuevo a la casa.

Ahora de adulto, Jeff puede ver cosas que no vio antes en Pa. Él nunca los vio como hijos y ciertamente no los trata de esa manera. Le recuerda más a un dictador que a un padre. Es frío, distante, demandante y manipulador. Al único que trata con cierta calidez es a Charlie. Con Way es peor que con los demás, le pide cientos de tareas, información, avance, lo culpa por todo. Lo que más lo perturba es que Charlie no ve eso, no es como que lo ignore, no, es como que no lo recuerda, como si esas veces cuando Pa es la peor persona del planeta no se guardaran en su cerebro.

Además Charlie siempre es tan seco con él y con todos menos con Way. Charlie ve a Jeff desde la distancia, lo vigila, pero nunca le habla y Jeff tiene miedo de que lo que dijo Kawi sea cierto y su hermano sea una persona completamente distinta. Por eso él tampoco se acerca. Primero tiene que hallar cómo sacarlo de ese estado mental en el que está. Su primera idea fue Adachi, pero no quiere involucrarlo. Tal vez eso fue lo que pasó en su visión, le pidió que le ayudara con Charlie y todo salió mal.

Esta nueva personalidad manipulada de su hermano es la que lo sorprende cuando Charlie lo consola esa madrugada, lo lleva a su habitación, le da consejos e incluso lo invita a un bar. Por esos momentos es como haberlo recuperado completamente. Si hubieran seguido juntos, ¿Charlie lo hubiera seguido tratando como a un niño? ¿Así? ¿Llevándolo de la mano a su habitación y ayudándolo a superar esos momentos difíciles? Esa es la primera vez desde que terminó con Alan, que puede dormir con comodidad, con ansias de que llegue el día de mañana.

La salida con el equipo de Chaser es, en realidad, una escapada. Aunque todos son adultos allí, se tienen que escapar de Pa como si todavía fueran adolescentes. Es como recuperar un poco de la infancia que ni Way, Charlie o Jeff tuvieron.

— Es la segunda vez que me escapo — fuera de la casa Charlie parece distinto, se ve distinto, sonríe distinto.

Jeff tiene la sospecha de que Charlie no sabe conscientemente todo lo que sucede a su alrededor, pero su subconsciente lo debe saber. Debe saber. Aparte de Charlie, están Way y Winner. El "equipo" son los tres pilotos de Chaser. Lo que, aparentemente, le da un pase a su pequeño mundo interno. La invitación de Charlie automáticamente lo lleva a conocer algunos detalles que no sabía antes, como los poderes secretos de Winner. Es muy sutil, pero los percibe, él lo hace de manera muy natural, cuando toma el vaso de la mesa, son solo cinco milímetros, pero acerca el vaso a su mano. Y tiene mucho control, incluso para disimuladamente controlar el humo que sale de su cigarro.

La intención de Jeff es escuchar y captar lo más posible de sus conversaciones, pero los corredores tienen otra idea y hacen que el menor beba más de lo debido.

— ¡Para olvidar a tu ex! — grita Charlie, él también evidentemente alcoholizado.

— ¿Un ex? ¿Qué ex? ¿JEFF? — Way se ríe.

Para no tener que responder, Jeff finge desmayarse. Todos se ríen y Charlie aprovecha el momento para ir al baño.

— Ah, no puedo esperar la carrera — dice Winner.

Mañana Será [Alan/Jeff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora