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Estaba sentada en la mesa, apoyando mi cabeza en una de mis manos mientras miraba fijamente mi teléfono apagado. El único sonido que se escuchaba en la sala era la secuencia de los golpes de mis uñas contra la mesa. Sentía mi cuerpo rigido y tenso, incomóda en mi asiento, y no encontraba posición que me hiciera sentir agusto.

Sentía enojo.

Me sorprendí y emocioné al ver la pantalla de mi teléfono iluminarse. Mordí mi labio inferior intrigada por saber si finalmente, esta espera había valido la pena. Mis dedos casi temblaban y sentí una fuerte presión en mi pecho y garganta. Así que sin pensarlo más, encendí mi teléfono, colocando mi vista en la barra de notificaciones.

Y vaya decepción.

Era una notificación de Instagram.

Solté un quejido y golpeé una y otra vez mi cabeza contra la mesa.

Esto era frustrante y agotador.

Habían pasado más de 24 horas y ella no había contestado. Ni siquiera había visto mi mensaje. Me había tenido esperando como una tonta durante todo el fin de semana.

Mi cuerpo empezó a dar pequeños espasmos al recordar todos los regaños y errores que había cometido ayer en el trabajo, solo porque no podía dejar de pensar en esa chica.

Se sentía horrible.

¿Por qué no había contestado? ¿No le parecía linda? ¿No llamé su atención? ¿Pero por qué habría pedido mi número si no?
¿Hay algo malo conmigo?

Esto no debería estar pasando.

Escuché el arrastre de la silla a un lado mío. Levanté la cabeza, apoyándome sobre mi mentón. Vi a Shina sentada frente a mi sosteniendo un tazón por encima de mi cabeza, yo alzé una ceja viendola desde abajo, ella contestó sacándome la lengua. Colocó el tazón encima de la mesa, frente a mi cara, luego se sentó en la silla y empezó a comer lo que había traído. Eran fresas con azúcar, sus favoritas.

— Entonces, ya dilo —. Dijo tomando una fresa y dandole un mordisco, pude notar cómo lo disfrutó con todo su ser.

Formé un puchero y puse mi atención en El tazón de fresas. Alzé mi mano para tomar una y comerla, pero el manotazo de mi amiga me detuvo.

Me reincorporé rapidamente y la miré indignada. — ¡Hey! —. Reclamé acariciando la zona afectada.

Shina me miró de manera retadora y demandate mientras abrazaba el tazón, moviendolo lejos de mi alcance. Ya entendí, me estaba extorsionando con comida para forzarme a contarle todo.

Respiré hondo cambiendo mi posición y apoyando mis codos sobre la mesa. Miré brevemente mi teléfono, seguía sin hacer nada. Volteé a ver a mi amiga quien seguía mirandome de aquella manera demandante.

— ¿Recuerdas a esa chica del viernes en la noche? —. Cuestioné, Shina me miró pensativa.

Entrecerró sus ojos mirandome fijamente, estaba pensando. Estuvo así unos segundos antes de hacer una mueca y empezar a negar con la cabeza, dandome a entender que no recordaba nada.

— La alta de cabello blanco y largo —.

— ¡La lesbiana! —. Dijo en alto señalandome con una fresa.

Suspiré ante su respuesta. — ¿Sí? Asumiré que ya sabes.

Tomé mi teléfono y le mostré mi bandeja de mensajes a Shina. Señalé uno de las chats y luego de que ella tomara mi teléfono, escondí mi rostro entre mis manos en espera de su reacción.

You (Arlecchino's Fic) (FemxFem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora