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Sonidos del teléfono comienzan a sonar mientras la llamada entrando

— Hey, buenas tardes... Aah estoy con..?

— Mari! A tus servicios querida!

— Estaba aquí observando la pequeña nota que el el señor Ichinose dejo en las flores y note este número, donde exactamente estoy marcando? — Pregunta acomodando el teléfono entre su hombro y oreja

— Que distraído el señorito Takumi, este es mi número de trabajo... Deseas agendar alguna cita con el?

— No, no, para nada jaja... Solo quería saber de quién era el número... Ah y por favor dígale al señorito Ichinose que no de más de este estilo de detallés y menos los mande a casa de mis padres que ya mi hermana se hizo la ilusión de su vida.

Dijo sin más para colgar bajando la antena y lanzando a los pies de su cama el teléfono recargando su espalda en la cabecera de la cama de su habitacion cerrando los ojos y exhalando lentamente.

Tal vez sea muy grosero hacer eso pero Grace así es, después de tantas lágrimas derramadas dentro de la relación, fuera y ahora? La playa de Grace. Llena de lágrimas de melancolía, con pequeñas olas de recuerdos que empapan la arena de poca tranquilidad del lugar.

Se sienta en la orilla de la cama hurtando sus propios cajones para sacar una cajetilla de cigarrillos "Camel" e un encendedor volviendo a acostarse sobre la cabecera encendiendo el cigarrillo llenando la habitación de una ligera capa de humo del suave tabaco que sale por la ventana que está a unos cuantos pasos. Sacude el cigarrillo dejando caer la ceniza en el cenicero de cristal alado de la lámpara que están sobre la cajonera, suspira cuando otra llamada esta entrando.

— Mierda...

Murmura acercándose y sacando la antena para pone el teléfono sobre su oreja.

— Si diga?

La voz del otro lado carraspea

— Hey... Dónde estás?

— Si hola mucho gusto soy Grace y usted?

— No estoy para bromas
Komatsu, soy Yasu... Necesito de tu ayuda

— Que sucede? — dice entre risitas

— Estás libre hoy?

— Claro, hasta las 9 voy a mi trabajo de teibolera, ¿Porque?

— ¡Komatsu!

— Ya ya peloneta, sí estoy libre

— Perfecto, necesito que
te arregles, así que no parezcas tú

— Mmm, que recibo a cambio?

— ¡Gaara!

— Yaya, está bien... En 25 ven por mi pues...

— 20, apúrate mocosa!

— Sí ya comodi-....

Pii pii pii pii

— Me ha colgado? Pero que se cree este cabeza de esfera mágica..

Suspiro nuevamente para levantarse de la cama y comenzar a buscar algo de ropa, las especificaciones de Yasu fueron "Necesito que te arregles, así que no parezcas tú" no tengo ni la menor idea para qué, Yasu así es siempre, pide cosas tan imposibles...


[•••]


— Pero que traes puesto!?

La voz de Yasu al entrar a mi habitación me hizo pegar un brinco de sorpresa causando que mi delineado llegué hasta la patilla de mi cabello

— Te dije que no parezcas tú!... ¡Pareces tú! — Pone sus manos sobre su calva y eso hace que se me pase el enojo por lo de mi delineado

— Dios no me pidas cosas que sabes que no se hacer! — Hable entre risas mientras él se saca sus lentes oscuros dejándolos en mi tocador para comenzar a caminar hacia mí armario — Hey! Estás invadiendo mi espacio personal

— Cierra la boca un rato — Refunfuño para comenzar a tirar mi ropa — Tienes velorios diarios o por qué tanta ropa negra?

— Estoy de luto todos los días — Me tire hacia atrás callendo sobre mi cama para poner mi mano sobre mi frente en forma dramática y mira como Yasu rodea los ojos

— Necesitas terapia, loca...

— Que demonios tienen con decirme loca!? — Me senté de golpe con el entrecejo fruncido

— Es que lo estás mocosa... Mira este se ve más presentable que lo que traes puesto — su mirada me recorrió de arriba hacia abajo

Llevo puesto unos pantalones negros con las rodillas descubiertas y algo roto por todas las piernas, una camisa gris, mis botines altos con tacón y mi chaqueta oscura de cuero. Es un magnífico outfit, no se que le molesta al pelón de Yasu...

— Te había dicho que no parecieras tu, no que te vistieras de señor de el año del caldo — Yasu cerró la puerta del armario y mi rostro tomo una mueca de sorpresa

— Oye que grosero, tu tienes ropa de guarda espaldas! Oficinista... ¡No se! — Yasu solo se reía de mi y me lanzó la prenda de ropa que había tomado de mi mueble

Un vestido tipo jersey holgado de gran tamaño con manga batiente y hombros descubiertos. La última vez que use ese vestido fue en una cita que tuve con Ichinose, en mi cumpleaños 20, un año antes de irme, conserve el vestido hasta la fecha y sigue como la primera y única vez que lo utilice.

— Ponte eso que en 5 nos vamos... Y sacate esa línea que pareces cuaderno — Yasu salió de la habitación

Suspire tomando el vestido por la parte superior, está totalmente intacto cómo si jamás lo hubiera utilizado. No vi otra opción más que usarlo junto unas botas de tacón de aguja y punta redonda cuatro dedos arriba de la rodilla negros de terciopelo que recién había comprado, combinaría bien aunque conociendo a Yasu...

— No vamos a ir a un velorio Gaara! Ya no tenemos tiempo, anda, anda! — Me empuja hacia la salida de mi departamento

— Hey mi bolso!

— No vas a ocupar nada de eso! — Logro sacarme del departamento para el volver a entrar y tomar las llaves de este y cerrar la puerta — Vamos que no podemos llegar tarde.




[•••]



La música suena por todo el lugar, los violines aturden mis oídos, cómo escuchar a Nana, pero afinada.

— Aún no entiendo que hacemos aquí — Murmure hacia Yasu que el solo bebe de su copa

— No seas deseperada Komatsu... — Rodee los ojos para echarme hacia atrás poyandome en el respaldo de la silla

Estar rodeada de gente que se pelea por quien ganó en un partido de Croquet no es lo mío.

Takumi Ichinose 𝑼𝒏𝒂 𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑶𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora