𝓣𝓱𝓮 𝓼𝓲𝓵𝓮𝓷𝓽 𝓿𝓲𝓻𝓾𝓼 | 𝑈𝑅𝑆𝑆 𝑥 𝑉𝑒𝑛𝑒𝑧𝑢𝑒𝑙𝑎.

Capitulo 7: ¡Venezuela!

Laboratorio subterráneo. Ubicación: Mansión de la URSS, Moscú. 10:30 AM.

A decir verdad, ya era tarde... 10:30 ¿Quien se para a esa hora? A menos que la persona este súper cansada para dormir hasta tal hora.

Mientras con Venezuela, aquella recién se levantaba de dormir. Con un terrible dolor de espalda debido a la posición incómoda en la cual se quedó dormida. Se levantó del sofa bostezando, y al voltear a ver el reloj en la pared y su rostro se puso pálido.

Черт... Скажи мне, что ты трахаешься со мной.

No te vas a morir solo por levantarte una vez tarde Venezuela. No armes un drama.

¡Ah! Ehm... Carajo. ¿Por qué no habra sonado el despertador antes?.. — Dijo mientras se pasaba las manos por el rostro. Estaba frustrada, tanto asi que comenzó a caminar de un lado a otro sin sentido.

Apoyo la mano en una bara de metal y soltó un grito demasiado fuerte. Si se le olvidó que había apoyado esa mano en la bara de metal. Que pendeja.

ЧЁРТ, БОЛЬНО КАК АД! / ¡¡Mierda, duele como el diablo!! — Grito mientras caía al piso mientras se agarraba fuerte la mano.

En medio de su berrinche alguien toca la puerta del laboratorio. Haciendo que ella se quede tiesa. Literalmente, se acercó a la puerta y la abrió un poquito y era...

¡La pequeña Bielorrusia! Ella estaba tan acostumbrada a ver a Venezuela tan temprano caminando por allí pero como no la vio se preocupo mucho por ella. Que tierna.

S...-señorita V...-Venezuela... …¿Esta usted... B-bien?... — Pregunto la pequeña abrazando su peluche de ajolote que se lo regaló México, el mejor amigo de URSS.

Claro Biel... Estoy bien, ¿Que te pasa pequeña?... — Respondería la contraria. Como si no hubiera pasado nada y cuando insulto hasta la vida misma solo por un descuido de su parte. Ella la miro mientras la cargaba en sus brazos y sentía como la pequeña la abrazaba fuerte. Aparentemente había desarrollado un vínculo emocional con Venezuela.

A todo esto... Biel, ¿Dónde está URSS? — Pregunto aquella, mientras le sonreía débilmente.

¿Mi papá?... El... El... Te anda buscando como si se hubiera perdido algo de valor... — Respondió la menor, mientras seguía abrazando a la venezolana.

Mientras que por su parte, está la miraba confundida a Bielorrusia. ¿De verdad?.. Sospechoso... Muy sospechoso.

¿Para que tú padre estaría buscándome, Biel? — Preguntó confundida.

No sé... Solo cuando no te vio a la hora que siempre te levantas comenzó a buscarte por toda la casa... — Diría Biel, mientras sus ojos lagrimeaban al verla encontrado bien.

Ni pasaron unos segundos y se escuchaba la voz de un hombre acercándose a la puerta del laboratorio era nada más y nada menos que... URSS.

Aquel entró golpeando la puerta del laboratorio gritando el nombre de Venezuela. Asustando a Biel, soltando lágrimas y escondiendo su rostro en el cuello de Venezuela.

¡Allí estás! ¡Pensé que me abandonaste! — Gritó el mayor mientras alejaba a Biel de ella mientras a la joven agarraba de los hombros y los apretaba con una fuerza sobrehumana. La estaba mirando de una manera escalofriante.

Señor URSS... Ni tenemos una relación amorosa... ¿Se tomó sus pastillas para la adrenalin?-... — No pudo terminar de hablar porque el soviético la interrumpió. Estaba ¿Regañandola? URSS siempre fue como trastornado. Pero, este es otro nivel de locura.

12:30 PM.

Señor URSS... — Diría aquella, mientras intentaba moverse. Si, la ató a una silla. Mientras observaba como este cocinaba el almuerzo, aunque ella siempre era la que cocinaba desde que llego a la mansión.

¿Que? — Respondió aquel en un tono más calmado, mientras se volteaba para verla fijamente a los ojos.

Dios, este hombre es un maníaco.

No cree usted... ¿Que exagero un poco mucho? — Respondió mientras ladeaba la cabeza a la derecha y levantaba una ceja. Juzgandolo con la mirada.

Para nada, es más. Debí ponerte cinta en la boca para que no hablaras tonterías. — Dijo sonriéndole de manera agradable, pero para ella. Necesitaba un psiquiatra, YA.

URSS definitivamente está traumado.