20. Yo la mato

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Desperté sin tener ni idea de donde estaba y con mis pies sintiéndolos morir asfixiados, hasta que caí en la cuenta de que uno, estaba en el hotel-cabaña de mis tíos, y dos, en la noche anterior hubo una araña entre mis pies.

Una noche aquí y ya dormí incómoda, aunque a la vez cómoda.

Sasuke seguía dormido, se le veía tan tranquilo y tan dulcemente adorable que podría quedarme noche, días, semanas, meses, años... mirándole.

Me levanté de la cama y me di un baño, lo necesitaba urgentemente.

Al salir encontré a Sasuke igual que como le deje, que mono.

Me volví a poner el pijama porque me daba pereza sacar mi ropa.

Tenía un hambre que me moría así que pensé en bajar al restaurante del hotel a comer, bueno no era ni un restaurante, era como un comedor gigante. Menuda chorrada acabo de decir, como se nota que por las mañanas estoy espesa.

Me miré una última vez en el espejo, no iba tan mal, sólo llevaba unos pantalones grises con caras de ositos panda y corazones lilas, y una camisa de color rosa con rayas grises y un panda en medio. Bueno respecto a la camisa...si mejor sería cambiármela.

Me puse una camisa de color negro, simple, me encantaba porque me hacía sentirme más sexy, y me puse unos zapatos de estar por casa de color negro con Betty Boop soltando corazoncitos y salí sigilosamente de la habitación.

Llegué al comedor-restaurante y no había casi nadie, miré el reloj y eran las 11:30, ahora mismo la gente estaría disfrutando del esquí o paseando por la nieve o yo que sé qué.

No sabia que cogerme así que cogí una napolitana y zumo de naranja, ale, eso me sirve.

Justo cuando mordí bruscamente, como una cerda, la napolitana entraron un grupo de chicos súper violables riéndose por todo lo alto y con nieve por encima, odio que me pase esto enserio, ¿por qué pasa esto? Además, tengo novio, ¿¡por qué pienso esas cosas?!

Todos se dirigieron a unas mesas detrás de mi, ¡oh por Dios!, y seguían riéndose.

Pensé, "ahora Sakura, ahora puedes terminar de comer como una cerda e irte lo más rápido posible" "¡es tu momento". Me hice caso, di otro mordisco, pero esta vez menos brusco y...me cago en todo...

-Hola, ¿puedo? .-Preguntó uno de esos chicos tan violables señalando un sitio delante de mí.

Yo me quedé atónita con una parte de la napolitana dentro de la boca sin masticar y con la napolitana medio entera enfrente de mi boca, que corte...

Asentí dejando la napolitana en mi plato y bebí del zumo, para poder hablar.

-¿Esta bueno? .-Me preguntó con una sonrisa de diversión pegada en la cara.

-S-sí...mucho... -Dije sin pensar, que vergüenza, no lo mejoro para nada.

El chico, cuyo nombre desconocía, empezó a reírse con una risa muy grave, era sexy, pero no más que la de Sasuke. La de Sasuke era aún más grave y llegaba hasta lugares que ni la luz alcanzaba a iluminar de mi cuerpo.

Uy eso sonó mal... bueno no va en el mal sentido...sino en el que...esto...en el que no da la luz y meh dejémoslo.

Algo de fondo me llamó la atención, y adivinen a quién vi, a Ino y a Matsuri, partiéndose de risa.

Fruncí el ceño y dejaron de reírse, ajá con que esto lo hicieron a posta.

-¿Y qué tal? .-Me preguntó el chico llamando mi atención.

El chico de los tatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora