24. Ganas de pintar

1.1K 84 7
                                    

Estoy muerta, o sea, ha sido un viaje medianamente largo...y aunque hubiese estado dormida en todo el trayecto...sigo estando cansada.

Odio los viajes en coche.

Dejé, bueno Sasuke, dejó mi maleta en el salón y se despidió. No me dejó ni invitarle a quedarse un ratito, según él, tenía cosas pendientes por hacer así que no insistí.

Ahora me encuentro tirada en mi cama de mi cuarto muerta del asco. Vale no, pero si mirando el techo.
Sigo mirando detenidamente el techo, inventando historias en mi cabeza.
Sigo mirando...

-¡Hey! Tú, techo, si sí a ti te lo estoy diciendo. -Puse morros.- ¿Por qué ya no estas tan blanco como antes?

Oh Dios, ¿acabo de hablar con el techo?
Si, acabo de hacerlo, mierda.
Sigo mirando el techo...es que ya no esta tan blanco como antes...jopelines.

¡No lo voy a permitir!

Bueno si bah da igual, solo es un techo...tampoco...

¡Ains pero no!

De repente siento una oleada de motivación, ¡voy a pintar toda la casa!

Desde que vine sólo la pinté una vez y creo que ya va siendo hora.

Me levanté corriendo de la cama y uf, que pereza me ha dado de repente. Toda mi motivación se fue por la ventana.

Mejor me voy a dormir ahora y ya mañana por la mañana, si es que consigo despertarme pronto, iré a la tienda donde venden cosas de estas para decorar la casa y eso...que me pondré manos a la obra.

Que perezosa estoy hoy...uf.

Peeeeero antes de tirarme de nuevo a la cama, tengo que coger mi bolso, sacar el móvil y el cargador y mandar un mensaje.

Así lo hice.

Yo: Oieh tuh
Yo: Te mando este gran mensaje repleto de amor para que mañana por la mañana vengas a mi casa y me acompañes a comprar pintura para volver a pintar toda mi casuski. Sé que me amas y me acompañaras, lo sé.

Y después de ese gran mensaje, me dormí....

9:30 de la mañana mi móvil no deja de sonar.

-¿Si? .-Respondo mientras bostezaba y me sentaba en la cama.

-O te despiertas ahora mismo o te tiro agua helada.

Esa amenaza fue muy directa.

-¿Qu....

Se cortó la línea antes de que pudiera preguntar algo.

Me volví a tumbar en mi cama, será alguna broma telefónica o algo...

¡Mierda! ¡NO es una broma!

¡Hinata!

-¡Aaaaah! .-Grité.

-Te avisé. -Y un flash salió de su móvil.

-Te odio. -Y mi almohada salió disparada directamente a su móvil.

-¿Bueno nos vamos o te echo otro cubo de agua helada?

Que mona por favor.

-Espera que me de un baño...

-¿Otro? Pero si ya estas limpia, mírate. -Y sacó un mini espejo de su bolso.

-¿Qué has desayunado? .-Le pregunté.

-De eso quería hablarte, ¿desayunamos?
La miré con ganas de soltarle un puñetazo en la cara, primero me dice que si nos vamos y luego de desayunar, tsk, mala amiga.

El chico de los tatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora