21. ¿Por qué a mi?

1.2K 94 7
                                    

-Mierda... -Susurré intentando aguantar las punzadas de dolor.

¿Por qué me pasa esto a mí?

De seguro que a todas las personas que les pasa cosas similares, si es que a alguien más le pasa esto, se preguntan lo mismo.

Intenté andar pero mierda mi tobillo me mataba, y justo era el que perdió uno de los esquís. Del golpe que me di en la espalda ni me di cuenta del tobillo. Al menos podía andar, cojeando, pero al menos podía.

Tengo que ser positiva, en este tipo de situaciones hay que ser muuuuy positivos, o sino cosas peores pasaran y no quiero más, gracias.

Lo positivo es que no dolía mucho mi tobillo, así que no creo que se me haya roto ni nada parecido. Lo otro positivo es que...la nieve me a protegido de un golpe más fuerte, si eso es positivo, y también el que voy abrigada...vale ya no tengo nada más positivo...¡ah sí! que al menos tengo un bastón y un esquí para apañármelas a volver al hotel, eso es bueno.

Comencé a andar como si fuera una vieja, tenia una de mis manos en la espalda y con cada paso que daba ponía cara de mal humor.

Cualquier médico diría, "has tenido suerte" y yo lo único que pienso es justo lo contrario.

Mi tobillo crujía con cada tres pasos que daba, me empiezo a preocupar.

Me cansé de tanto andar sin saber a donde iba, el viento me confundía.

-Estoy arriesgando mi vida por culpa de un enfado que cogí por una maldita recepcionista, manda huevos el asunto. -Me quejé al aire.

Me senté en la nieve y me deslicé como pude, andar era muy difícil ya que mis pies se hundían.

Bajé unos metros y seguí sin saber dónde estaba, y para colmo empezó a nevar, perfecto, como el viento no era suficiente pues nada...ahora a fastidiarse...

Últimamente digo muchas palabras feas, y yo antes no era así...

Me deje de deslizar e intenté levantarme de nuevo, si seguía deslizándome acabaría perdiéndome más de lo que ya estaba.

Anduve un poco más hasta que mi tobillo no me dejo continuar, me caí al suelo y maldije mi mala idea de haber subido la maldita montaña pensando que podría haberla bajado lo suficientemente rápido antes de que viniera el mal tiempo.

Mientras estaba en el suelo vi a lo lejos un pequeño cuerpo tapándose como podía, al principio pensé que sería un animal herido o algo pero al entrecerrar los ojos para ver mejor vi que era un niño.

Me asusté y me intenté levantar rápidamente.

Pobrecito el niño, ¿qué hace aquí? ¿y sus padres?

Llegué hasta el niño arrastrándome, me dolía demasiado el tobillo como para levantarme.

Era una niña pequeña, estaba llorando muerta de frío, pobrecita.

-¿Qué haces aquí sola? .-Pregunté preocupada por la niña.

No me respondía, solo lloraba y temblaba.

-No llores por favor.- La abracé.

-Tengo frío .-Me dijo temblando.

-Déjame ayudarte.- Me quité mi abrigo y se lo puse por encima y la volví a abrazar.- Dentro de poco empezarás a sentir calor, tranquila. -Y le planté un beso en la cabeza, no creo que lo notara ya que llevaba puesto una capucha.

Por una vez me alegro de haberme puesto más ropa de la que debería, tenía una camiseta térmica y un jersey encima. Mamá bendita seas cuando me obligaste a comprarme la camiseta.

El chico de los tatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora