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Era tan guapo.

Park Sihyeon miró al tipo por el rabillo del ojo mientras limpiaba la mesa, a unas pocas mesas de distancia de la que ocupaba él. Dios, si tenía novia, y todos los apuestos siempre tenían novias, sería una chica afortunada. Sihyeon no pudo evitar mirarlo, mientras que el tipo sonreía ampliamente y comentaba algo a quienquiera que estuviera al teléfono. 

Tenía una sonrisa tan hermosa, toda hoyuelos y blancos dientes, la sonrisa añadía calor a sus ojos azules (¿O quizás verdes?). Tenía que estar al principio de la veintena, cercano a su edad. Tenía el pelo rubio platino, peinado cuidadosamente diseñado y un rostro muy atractivo, pero sin ser intimidantemente guapo, el tipo de rostro al que querrías mirar y sonreírle. Su altura era perfecta para ella también: alto, pero no demasiado alto. Estaba en forma y tonificado pero no demasiado musculoso. Simplemente perfecto.

Sihyeon suspiró soñadoramente. Tras suyo, alguien resopló, y ella volteó. Soyeon, otra camarera, estaba sonriendo.

—Hermoso, ¿verdad? Pero está muy lejos de nuestra liga.

—Si no lo intentas, nunca lo sabrás —dijo Sihyeon encogiéndose de hombros. Puede que no pareciera una modelo, pero sabía que a los hombres les gustaba.

—¿No lo reconoces?—dijo Soyeon, arqueando las cejas— Sé que eres nueva por aquí, pero... no es un tipo cualquiera. Es uno de los solteros más deseados del país.

Sihyeon miró a la chica con curiosidad.

—¿De Verdad? ¿Quién es él?

—Min Yoongi, el único hijo y heredero del Hyeonbaek de Yungsan-gu —dijo Soyeon.

Oh.

Sihyeon habitualmente no sabía mucho sobre la aristocracia, además de la familia real, pero incluso ella sabía quién era Lord Yongsan-gu. Era uno de los pocos Lores coreanos que seguían siendo obscenamente ricos y políticamente influyentes. La sangre de su familia podría ser más azul que la de la realeza misma.

Sihyeon miró hacia el hermoso Min Yoongi.

—¿Tiene novia?

—No una novia —dijo  Soyeon — Una prometida. Ha estado comprometido con Lady Kim Chaeyoung desde su nacimiento.

Sihyeon rió entre dientes.

—¿De verdad? ¿La gente sigue haciendo eso?

—Definitivamente los ricos todavía lo hacen. —Sihyeon sacudió la cabeza.

–Es una locura. No estamos en la Edad Media.

—Díselo al Hyeonbaek de Yongsan-gu. Aparentemente, él está muy ansioso por ese matrimonio. Los Kim prácticamente son dueños de la mitad de Asia y, al parecer, nunca puedes ser lo suficientemente rico. Pero supongo que los Min no serían aún tan destacados si no se aseguraran de mantener y aumentar su poder y riqueza.

—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó Sihyeon, mirando a Yoongi de nuevo. 

Había dejado de hablar por teléfono y empezado a comer su almuerzo, mirando la entrada expectantemente de vez en cuando. Dios, realmente era súper lindo. Había una calidez en él que le daba un aire somnoliento y suave y toda clase de cosas adorables. Sihyeon se sintió tonta pensando de esa forma en un tipo, pero la palabra encajaba. Yoongi era adorable.

—Es un cliente regular aquí —respondió Soyeon —. No pude evitar oír algunas cosas cuando hablaba con su amigo. Hablando de Jungkook —Ella asintió hacia la entrada con una sonrisa torcida y suspiró.

Sihyeon volteó la cabeza y dijo:

—Oh.

Porque el tipo que acababa de entrar al restaurante sería fácilmente el hombre más caliente que había visto nunca. Tenía más de un metro ochenta de altura, con un cuerpo firmemente musculoso y amplios hombros. Tenía rebelde cabello negro, una mandíbula fuerte y profundos ojos verdes que eran totalmente pecaminosos. Sihyeon nunca pensó que los ojos pudieran ser sexys, pero los de este tipo lo eran.

Confuso |KOOKGI|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora