Yoongi reposaba en la oscuridad de su habitación, pensando en las palabras de Seokjin. Probablemente Seokjin sabía de lo que estaba hablando. Seokjin realmente tenía mucha más experiencia en hombres y relaciones que él. Y tal vez el hecho de que Yoongi hubiera conocido a Jungkook por tanto tiempo era realmente un escollo.
Yoongi suspiró. Estaba empezando a caer en cuenta de que Jungkook no era el único con problemas para adaptarse a los cambios en su relación. Tenía el mismo problema. Había esperado que Jungkook se comportara igual que lo hacía siempre, y eso era estúpido.
Había pensado que entendía a Jungkook mejor que nadie, y si bien eso podría ser cierto, se estaba dando cuenta de que Jungkook podría ser un hombre diferente cuando se trataba de sexo y relaciones. Estaba empezando a entender que ya no estaba tratando únicamente con su mejor amigo.
Jungkook estaba conflictuado. Por un lado, estaba el hombre que siempre había sido su pilar; alguien que siempre estuvo para él, alguien más cercano que un hermano. Por otro lado, estaba el hombre de mirada severa, que estaba molesto por toda la situación y que lo culpaba con razón por la pérdida de la mujer que amaba.
Mientras que ese hombre todavía sentía afecto por su mejor amigo, parecía resentido, y ese afecto se había torcido en algo distinto. Ese hombre no tuvo reparos en usar la boca de Yoonie o en evitarlo luego de follárselo, a pesar de que Jungkook debería saber cuanto lo lastimaría y confundiría.
Yoongi suspiró de nuevo, su pulgar detenido sobre el nombre de Jungkook en su lista de contactos. Estaba determinado a darle a Jungkook su espacio para averiguar lo que quería, pero luego de tres días de silencio Yoongi no podía soportarlo más. Tenía que saber dónde se encontraban, de una vez por todas.
Tocó el botón de llamada y llevó el teléfono a su oreja. Un timbrazo. Otro. Y el tercero. Seguido por el cuarto, y luego el quinto.
Estaba empezando a pensar que Jungkook no contestaría cuando finalmente lo hizo.
—Yoonie...
Yoongi se estremeció al oír la voz grave de Jungkook.
—Hey. —dijo, con su estómago haciendo un pequeño salto.
Se dijo que era tonto. Sólo era Jungkook. No había motivo para sentirse tan endemoniadamente nervioso. Pero ahora, en la oscuridad y el silencio de la habitación, no podía dejar de recordar lo que había sucedido hace tres días. Calor se precipitó hacia su ingle. Se sonrojó al recordar cuan desvergonzado había actuado.
El silencio se prolongó, volviéndose tenso. Dios, daría lo que fuera por saber qué estaba pensando Jungkook en ese momento. Yoongi se lamió sus resecos labios.
—No me has llamado.
—Tampoco tú —dijo Jungkook.
Otro, largo silencio tenso. Yoongi se encogió.
—¿Va a ser así de incómodo a partir de ahora?
–Por supuesto que será incómodo. —dijo Jungkook concisamente—. Por eso es que no deberías haberlo hecho.
—¿Yo? —Pese a su conversación previa con Seokjin, sobre que él era el único culpable, Yoongi no sentía que Jungkook estuviera siendo del todo justo. Y espetó—. Yo no estaba sólo allí.
Jungkook se rió suavemente.
—No nos engañemos, Yoonie. Probablemente podrías conseguir que asesine a alguien, si me lanzas esa mirada y lo pides con suficiente encanto.
Yoonie rió.
—Vamos, estás exagerando.
—Ya quisiera. —dijo Jungkook, con un toque de autodesprecio y resentimiento palpable en su voz, otra vez.
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Confuso |KOOKGI|
FanfictionUna historia sobre dos hombres intentando funcionar sin el otro, y fracasando. Adaptación sin fines de lucro.