-02-

175 21 72
                                        

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






















"TWO"
























HAE-IN.

Me sobresalto por el temblor de un golpe en la mesa, y al sacar la cabeza de entre mis brazos, observo una botella de soda energizante frente a mi.

ㅡ Lo necesitas más que yo. ㅡalzo la mirada y me encuentro con Han, uno de mis compañeros.ㅡ Te vez terrible, quiero matarme a mi mismo con solo mirarte.

Tsk, pues metete en tus asuntos. ㅡdigo luego de tomar la bebida para abrirla y posteriormente tomar un sorbo.

De reojo lo observo rodar los ojos con fastidio antes de alejarse y sentarse en su lugar de siempre, varias mesas atrás. La relación que teníamos todos era algo extraña pero funcional, ninguno quería tener nada que ver con nadie, todos teníamos el pensamiento de "solo vengo a estudiar, aléjate, no quiero amigos" al menos, no dentro de ésta carrera. Aún así, había cierto grado de compañerismo, nos apoyabamos genuinamente cuando alguien lo necesitaba. El gesto de Han no estaba fuera de lugar, algunas veces yo misma había cedido algunas de mis cosas como alimentos o bebidas a alguien que en ese momento lo necesitaba más que yo.

Dejo la botella casi vacía sobre la mesa y estiro los brazos, dejando salir un bostezo al fallar en retenerlo como con los anteriores. Me encojo sobre la silla cuándo una fría ráfaga de viento se cuela por la puerta cuándo la profesora de Inglés entra al salón. Y dentro de las próximas tres horas, fueron pocos los momentos en los que realmente presté atención a la clase, cabeceando todo el tiempo tratando de no caer dormida, la bebida que Han me había brindado no hizo ningún efecto.

No sé en que momento ocurrió que me rendí ante el sueño, pero al abrir los ojos de lo que creí era un simple parpadeo, resultó ser una siesta entera. Me incorporo en la silla y levanto la cabeza de la mesa, sintiendo mi mejilla izquierda adormecida por la presión de una mala postura, recorro el aula y me desconcierta un poco encontrar el lugar completamente vacio. Sentí la vergüenza apoderarse de mi por completo, no era alguien a quien se le pudiera despertar fácilmente una vez que conciliaba el sueño, mucho menos si estaba tan cansada como hoy, por lo que imaginar a mis compañeros e incluso a la profesora intentar despertarme hizo que se me revolviera el estómago por el bochorno de esa situación. De la cuál luego tendría que enfrentar las consecuencias, seguramente me ganaría un trabajo extra por mi incompetencia.

Tomo mi mochila y guardo las pocas cosas que había utilizado, me pongo de pié y camino a la salida luego de tomar la botella ya vacía de la bebida para botarla en el cesto de basura. Al salir del aula saco mi celular del bolsillo de mi sudadera y lo enciendo para ver la hora y saber a qué clase dirigirme ahora, pero el aparato no enciende más que un segundo para mostrar el molesto icono de que la batería estaba agotada, y como no, con suerte había tenido tiempo para ducharme ésta mañana, había omitido por completo recargar el celular.

C O N T R O L  |  J. YUNHO ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora