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"EIGHTEEN"
ㅡ Me siento ridícula.
Hae-in termina de retocar el labial y se da un último vistazo en el espejo del baño antes de salir a encontrarse con Wooyoung, quien, para nada pacientemente, la esperaba recostado en su cama.
ㅡ Y te vez ridícula. ㅡsecunda el demonio apenas termina de analizarla de piés a cabeza. Él se acerca al armario de la chica y comienza a lanzar prendas de ropa a cualquier lugar de la habitación conforme suelta repetitivos "no" hacia cada prenda que toma. Vuelve a mirar a Hae-in, ésta vez con fastidio plasmado en el rostro.ㅡ Tu estilo no es tan malo, pero nada es adecuado para un club, mucho menos para el Fantasy.
Hae-in se sorprende al escuchar el nombre de aquel club.ㅡ ¿Dices que ese bar pertenece a uno de ustedes? ¿De verdad?
ㅡ ¿Por qué crees que es tan popular? ㅡcuestiona de vuelta con altanería.ㅡ Regresando a lo importante, no irás vestida así.
ㅡ ¿Qué hay de malo con lo llevo puesto ahora? ㅡpregunta con el ceño fruncido luego de observar su atuendo, los holgados jeans oscuros la hacían sentir cómoda, y contrastaban con el top rojo que realza discretamente su busto. No era la gran cosa, cierto, pero le quedaba muy bien.
ㅡ Para un parque de diversiones, nada, es perfecto. ㅡseñala con burla.ㅡ Para conocer a mi hermano lujuria, es una gran ofensa.
Hae-in se congela en su lugar y lo mira con ojos bien abiertos.ㅡ ¿Conocer a quién?
ㅡ Como sea, vamonos ya, nos detendremos en alguna tienda por el camino. ㅡdice antes de salir de la habitación de la chica, ignorando su pregunta a propósito.
ㅡ Espera... ㅡla chica lo alcanza hasta la puerta del apartamento, y con prisas toma un pequeño bolso del perchero al tiempo que se pone los primeros zapatos que encuentra junto a la puerta, para después seguir al demonio que ya estaba esperando el elevador.ㅡ ¿Lujuria, en serio?
ㅡ Prefiere que lo llamen Yeosang. ㅡinforma vagamente, y en cuanto las puertas del ascensor se abren, el demonio entra tranquilamente, seguido de una Hae-in exaltada. Wooyoung la mira de reojo, y sonríe con diversión.ㅡ Tranquila, le encanta morder pero solo lo hace sí se lo permites.
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No había que ser la persona más lista del mundo para enter que Wooyoung la había dejado por su cuenta. Hae-in sube uno de los tirantes de su blusa, y ya había perdido la cuenta de las veces que este se resbalaba por su hombro con el mínimo movimiento, la prenda le había gustado mucho desde que Wooyoung se la llevó al probador junto a cientos de prendas más, el tono rojo oscuro resaltaba no solo la palidez de su piel, sino también su oscura cabellera. En realidad, todo el nuevo conjunto era hermoso y la hacía ver y sentir preciosa, pero ni siquiera podía disfrutar de eso por tener que estar al pendiente de no ser atrapada entre la gran cantidad de personas yendo y viniendo por el lugar. Se sentía sofocada e incómoda.
