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EXTRA
ㅡ ¿Entonces te harás cargo de la nueva exhibición? ㅡpregunta el hombre con sorpresa ante la noticia que ya era del conocimiento de todos en el museo, pero su compañera apenas se lo estaba confirmando.ㅡ De verdad te envidio, en menos de dos años conseguiste el mejor ascenso y yo sigo siendo un torpe clasificador.
Hae-in se ríe y menea la cabeza en desaprobación.ㅡ Oye, yo también fuí una clasificadora antes de mi ascenso. ㅡle reclama con diversión.ㅡ Además, si hubieras hecho lo que te dije...
ㅡ Si, si, ya no me lo recuerdes. ㅡinterrumpe con pesar, haciéndola reir de nuevo.ㅡ Estúpido mono...
Eso solo hace carcajear más a la mujer.
Pues hace unos meses, había llegado al museo una gran colección de escrituras antiguas, ella no pudo tomar la investigación debido a la gran apretada agenda que ya tenía en ese momento, pero le sugirió a su compañero que él lo tomara, se veía como un descubrimiento prometedor. Pero él se negó, pues luego de darle un vistazo superficial, identificó que se trataba de monos. Grande fué la sorpresa de todos cuándo, quién había tomado la investigación, descubrió que la extraña escritura había sido realizada por un mono, pues al ser comparada con un famoso caso de un simio que sabia comunicarse con humanos, se decretó el descubrimiento y ahora esa persona era tremendamente reconocida y el dinero ya nunca sería un problema para ella.
Eun-bin se lamentaba desde entonces.
ㅡ Pues muy estúpido no era. ㅡse burla ella, ganándose una mala mirada.
Al pasar por uno de los salones, Hae-in regresa sus pasos al creer haber visto a alguien en el área de reliquias antiguas, y efectivamente, ahí había un hombre de espaldas a ella, observando un retrato hecho durante los primeros años de la dinastía Joseon.
ㅡ ¿Hae-in? ㅡla nombrada mira a Eun-bin, y le hace una seña de que todo está bien.
ㅡ Recordé que tenía que firmar unos documentos, tú puedes irte ya, te veo mañana. ㅡlo despide pasivamente, él asiente confundido pero al final simplemente se retira. Entonces la mujer respira profundo y camina hacia aquella persona de espaldas a ella.
Al escuchar el sonido de sus tacones acercarse, el hombre se gira y la hace detener sus pasos por un momento al sentir el famoso deja vu que ya era muy recurrente en su vida. Pero no le da mucha importancia a ese sentimiento de extrema familiaridad, él era muy atractivo, seguramente era modelo y lo vió por ahí en algún anuncio.
Ella pone su mejor sonrisa y retoma sus pasos hacia él, preparando una buena actitud para atenderlo.