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¿Alguna vez te has preguntado cómo estar rodeada de tus Husbandos favoritos de Genshin Impact?
¿Cómo sería si los Husbandos son transportados a la época moderna?
¿Como actuar en diferentes situación?
¿Que pasará durante...
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Al día siguiente.
Los rayos del sol traspasaba por la ventana de la habitación acompañado por una suave brisa moviendo las cortinas, TN abre lentamente sus párpados y suelta un gruñido de molestia.
—No mames, maldito sol. —se cubre la cabeza con su cobija—. De alguna manera mis almohadas son muy suaves. —susurra sonriendo de manera inconsciente mientras sus manos las aprietan ligeramente—.
—No son almohadas. —comenta el erudito, ella abre sus ojos de golpe levantando su cabeza y hace contacto visual, sus rostros quedaba a poco centímetros—. No dejabas de manosearlos durante toda la noche.
—... —se pone colorada—. ¡Lo siento!. —levanta su cuerpo superior quedando sentada sobre el vientre de Al-Haitham, ella deja de moverse y baja su mirada, sus manos están apoyadas sobre los pectorales, seguido ambos se miran fijamente—. ¡Lo siento! ¡Lo siento!.
Se disculpa constantemente, sin embargo no contó que ambos están a la orilla de la cama, hizo un mal movimiento con su rodilla al querer apoyarse sobre la cama, pero salió fuera de ésta y todo el peso de su cuerpo cayera, Al-Haitham reaccionó rápido colocando su mano en su cintura para atraerla devuelta a la cama, ahora la posición era muy comprometedora, TN boca arriba y él encima su mano derecha a lado de su cabeza apoyado sobre el colchón y su mano izquierda permanece en la pequeña cintura de la chica. Ninguno decía nada y tampoco querían moverse manteniendo la mirada entre ellos, TN sentía su corazón palpitar y su respiración ligeramente acelerada por el susto, por otro lado Al-Haitham se cuestionaba si quitarse de encima o quedarse, era muy raro que se demore en tomar una decisión muy simple, él siente algo sobre su mejilla, resulta que era la suave mano de TN pasando su pulgar por su pómulo.
—Al. —susurra suavemente antes de que dijera más, alguien la interrumpe—.
—¡Buenos días, mundo!. —exclama animado Luis abriendo de golpe la puerta de la habitación—. Ah. —se queda quieto mirando la escena, levanta lentamente su celular y les toma flashes por segundo—.
—¡No es lo que crees!. —exclama asustada y sonrojada de la vergüenza estampando la almohada contra la cara del erudito—.
—Yo no te juzgo querida amiga, pero es muy temprano para hacer el frutifantastico.
—¡Luis!.
—Los dejaré, perdón por interrumpir...tu puedes. —susurra lo último levantando su pulgar mientras cierra la puerta—.
—Dios. —sus manos cubre toda su cara ocultando su sonrojo estando acostada, Al-Haitham se quitó de encima, luego sentarse en la orilla de la cama con su semblante sereno—. Lo siento, Al.
—No hay problema, solo fue un malentendido.
—¿No te molesta?. —baja un poco sus manos para observar su espalda ancha—.
