Capítulo II

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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙸𝙸
𝓴𝓮𝓿𝓲𝓷 𝓒𝓪𝓼𝓽𝓻𝓸

¿Por que no puedo ser un esposo fiel? Esa pregunta rondaba por mi cabeza todos los días al despertar a lado de una gran mujer, esa gran mujer que me dio el honor de ser padre de una hermosa niña hace cinco años, esa gran mujer que a pesar de saber que yo no tenía nada se quedo conmigo y ahora que lo tengo todo ¿Por que yo le estoy fallando a ella?

Todas las mañanas despertaba mucho antes que ella para no ver su hermoso rostro, me daba vergüenza verla a los ojos sabiendo que le estoy siendo infiel con su mejor amiga ALONDRA ALVARADO.

Todos los días aunque no tuviera trabajo me despertaba antes que ella y tomaba un baño helado para despertar y manejar a casa de mi madre, todo mundo sabía que le era infiel a mi esposa de más de diez años de relación. En que momento me convertí en una persona que no valora lo que tiene, cambie oro por plata no es bueno y mi madre siempre me lo a dicho.
"La Plata también vale pero el Oro es más valioso y difícil de obtener"
Y tenía razón, pero ¿Por que me ayudaba a mentirle a mis esposa?, más bien ¿por que toda mi familia me ayuda? No lo se, tal vez y sea el dinero que les doy mensualmente o pueda ser que no quieren ver llorar a mi esposa y menos a mi hija, aunque tenga cinco años créanme que cuando les digo que entiendo ya las cosas es por que lo entiende.

Hoy era un día diferente, hoy estaba decidió a cambiar para no perder a mi esposa e hija, saliendo de la oficina iré a casa de Alondra para decirle todo, desde que quiero recuperar el tiempo perdido con mi familia hasta explicarle que ella y yo ya no podemos ser amantes.

Cinco en punto marcaba el reloj, tome los cosas y salí rápido de la oficina, busqué mi auto donde lo había dejado por la mañana y al llegar a él me subí.
Manejé alrededor de unos veinte minutos y cuando llegue a su casa un nudo en la garganta se forma al igual que mi mente se bloqueo, tal vez y no quería finalizar con esta aventura pero el no estar en casa por estar en las sábanas de otra mujer se siente mal, tantos eventos importantes de mi familia me eh perdido, sólo videos que ana, mi esposa, me manda de esos bellos acontecimientos, ¿Como es posible que no se a dado cuenta de esto?.
Sacudí mi cabeza y toqué el timbre de su casa y a los minutos ella abrió la puerta y se dejó ver con una hermosa lencería roja, mi color favorito.

Alondra:Sabía que vendrías después del trabajo.
-se hizo a un lado para yo poder entrar y así lo hice-

Kevin:T-te vez muy bonita con esa lencería roja.
-dije tartamudeando al inicio-

Alondra:Se lo mucho que te gusta el color rojo por eso la compré.
-tomo mi mano y me guío a su cómoda sala-

Kevin:Necesito hablar contigo de algo importante.
-dije sentándome en uno de los sillones-

Alondra:Me lo dirás
-se sentó sobre mi regazo-
Pero después de que terminemos de complacernos.

Beso mi cuello y la tome de las caderas, Alondra sabía cono calentarme fácilmente. Siguió besando mi cuello mientras desabrochaba mi camisa y bajaba sus besos a mi pecho, yo solo soltaba jadeos y apretaba más sus caderas buscando la forma de como quitar esa bella lencería.

No se como pasó pero nuevamente estaba acostado a lado de mi amante, yo venía a terminar esto, no a tener sexo nuevamente con ella, aunque no me puedo negar fue bastante bueno pero necesito solucionar mi problema de calentura y arreglar todos mis problemas con mi familia.

Kevin:Ahora ¿si podemos hablar?
-la mire-

Alondra:Por fin dejarás a tu hermosa y bella esposa
-dijo con ironía y bufé-
No te molestes solo fue un poco de sarcasmo.

Kevin:Aún así, te estás burlando de mi esposa, de la mujer que amo.

Alondra:Si la amaras no estuvieras aquí en mi cama después de tener un buen polvo.
-dijo y se levantó al baño-

Kevin:Alondra esto tiene que terminar hoy.

Alondra:Tu y yo sabemos bien que esto jamás va a terminar.

Kevin:Quiero recuperar el tiempo perdido con mi esposa e hija.

Alondra:¿Tiempo perdido? Años perdidos dirás.
-ella rio y me levante de la cama para vestirme-

Kevin:Aún así esto tiene que terminar, quiero salvar lo poco que queda de mi familia.

Alondra:tal vez y no podrás salvarlo.

Kevin:Te doy el dinero que quieras las veces que quieras, pero no le digas nada a Gabriela.

Alondra:Lo pensaré.
-se colocó una hoddy y me miró seria-
Trato.

Kevin:Ya no tendremos más visitas cómo estás, sólo te voy a transferir el dinero y es todo.

Alondra:Se que al mes estarás aquí nuevamente pidiendo sexo.

Kevin:estás equivocada, ya no lo haré.

Comenzó a vestirme y tome mi celular para mirar la hora, carajo eran casi las tres de la mañana y yo ni siquiera le avisé a mi esposa que llegaría esta vez tarde, como los demás días. Bese por última vez los bellos labios de Alondra y salí de su casa.

Venía manejando preocupado por Ana y Annya mi pequeña, que estarán pensando de que esta vez no les avise diciéndoles que llegaría tarde por "el trabajo".

Al llegar a casa calme mi preocupación y entre por esa grande puerta café, viendo un sillón con la sombra de ella y de mi pequeña, me acerque a donde ellas estaban y mi niña al verme se lanzó a mi logrando que la cargara, lo hice y subí con ella a su cuarto, la dejé acostada en su cama y bese su frente.

Olía alcohol pues era la única manera de disimular el perfume de Alondra. Pero para quitarme este aliento a licor me di un baño helado, al salir vi un bulto en la cama y supuse que era mi esposa, era momento de hacer las cosas bien así que me acosté a un lado de ella y la abracé para después besar su mejilla y suspirar profundo, ¿Por algo se empieza no?. Cerré los ojos aun abrazándola y caí en un profundo sueño, tanto sexo cansa demasiado.

Tal vez en otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora