Capitulo VII

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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅𝙸𝙸
                 𝓐𝓷𝓪 𝓖𝓪𝓼𝓽𝓮𝓵𝓾𝓶

¿Acaso soy una tonta? ¿Una segunda oportunidad? ¿Me volverá a fallar? ¿Lo amaré con la misma intensidad?

No sabia la respuesta de ninguna de mis pregunta, pero una madre hace hasta lo imposible por que sus hijos estén bien, tanto con económicamente y mentalmente, el hecho de imaginarme a mi niña sin su papá me partía el alma, no podía arrebatarle la felicidad a nuestra pequeña por un error de su padre, me falló a mi no a ella.

Si, si quería golpearlo y decirle hasta de lo que se podrá morir pero no era el momento, y menos con el hecho de saber que uno de nuestros bebés viene un poco más pequeño, aunque el doctor dio buenas esperanzas tengo miedo a que de los dos nomas uno tenga en brazos. Kevin sabía cómo calmar mi llanto, el sabía perfectamente cómo parar mis lagrimas, un beso en mi frente y un abrazo que me indique que el siempre estará aquí pase a lo que pase, esto me tranquilizaba.

Kevin:Tengo miedo
-dijo en un hilo de voz-

Ana:¿Miedo a que?
-pregunté mirándolo-

Kevin:A que esto sea tu venganza.

Ana:Jamás me vengaría de una persona que ame con toda mi alma.

Kevin:¿Que amaste?

Ana:Si, que ame.

Kevin:Ya no me amas.
-Afirmo y tome su mano-

Ana:Te amo, pero no con la misma intensidad que antes, te amo por que eres el padre de mis hijos y por ellos es que estoy aquí, a tu lado.

Kevin:¿Solo lo haces por nuestros hijos?

Ana:Me siento cansada.

Kevin:Eso es un si.

Ana:Kevin por favor ¿Si?

Kevin:Está bien, pero recuerda algo.

Ana:¿Que recuerdo?

Kevin:Voy a volverte a enamorar y jamás te voy a soltar.

Ana:Hechos y no palabras Castro.

Kevin:Tendrás hechos créeme.

Ana:Hasta no ver no creer.

Kevin:Ana
-me miro serio-

Ana:Mande Kevin.

Kevin:No es venganza.
-dijo con firmeza-

Ana:Créemelo que no.

Tal vez si podría ser venganza pero no soy de esas, una vez amando a la persona es muy difícil que logren que yo tome venganza hacia esa persona que me hizo sentir mal por un par de horas.

No sabia cuantas horas llevaba aquí en el hospital pero yo ya quería irme a mi casita a descansar, ver a mi princesita y dormir acurrucada con ella viendo un par de películas las cuales son sus favoritas.

Siempre hacíamos eso cuando su padre no estaba con nosotros y era el mejor plan que podríamos tener, palomitas y un vaso lleno de jugo de uva era lo mejor para nosotras dos.

Kevin:Corazón.
-dijo con ternura entrando a la habitación-

Ana:Dime

Kevin:Fui a tomar un cambio de ropa, ocupamos cambiarte por que en media hora nos iremos a casa a descansar.

Ana:Así me voy en bata de hospital.

Kevin:Que más quisiera yo, pero no podemos.

Ana:¿Que elegiste?

Kevin:Una pijama de seda color negro.
-dijo mirando la ropa-
Y unas pantuflas de unicornio, la niña las escogió.

Ana:Hay mi niña hermosa
-dije riendo-
¿Me das tiempo para cambiarme?

Kevin:Si ocupas ayuda hechame un grito.
-dejó la ropa a un lado de mi-

Ana:Sip yo te aviso.
-sonríe-

Kevin salió de nuevo de la habitación y yo mire la ropa nuevamente, mire un conjunto de lencería muy bonito en color rojo y se veía bastante cómodo así que rápido lo puse en mi, al querer abrochar el sostén sentía un dolor en mi hombro y me dio miedo volver a mover el brazo así que tuve que hablarle a mi esposo.

"Castro necesitó tu ayuda"

El rápido entro y miro la situación, indiqué mi problema y el lo soluciono, después de eso el me sentó en la cama incomoda y me ayudo a ponerme el pantalón de la pijama, lo hacía con un cuidado y una delicadeza que podría jurar que me ama más que yo a él. Hizo lo mismo con la camisa y por último puso las pantuflas, yo reí al verme y el solo beso mi frente.

Me sentía amada nuevamente, me sentía completa al sentirlo a mi lado y  sentir sus labios besar mi frente, esto es lo que llevo pidiendo por varios meses y después de tanto lo obtengo que no se ni como reaccionar a este acto.

Kevin:¿Crees que puedas caminar o pido una silla de ruedas?
-pregunto mirándome-

Ana:Creo que si puedo caminar, aparte quiero cargar a mi princesa.

Kevin:La niña está con tu mamá, ella la va a cuidar en lo que tú te recuperas.

Ana:Pero yo me siento bien, puedo cuidarla perfectamente.
-dije en un tono molesto-

Kevin:Aunque te molestes Gabriela, el doctor dijo reposo absoluto, hay que hacer caso.

Ana:No estoy molesta.

Kevin:Miéntele a alguien más, te conozco bien y se que lo estás.

Ana:¿Tú conocerme?

Kevin:Aunque no lo creas Gabriela.

Ana:Deja de decirme Gabriela.

Kevin:No lo dejare de hacer, se que te molesta que te llamen así, pero es la única forma de hacerte entender y que hagas caso.
-dijo y reí-

Ana:No es cierto.
-apreté mis labios-

Kevin:Deja de aparentar los labios, sabes que digo la verdad.

Ana:Guarda silencio y vámonos a la casa.

Kevin:Se que me amas.

Ana:En tus sueños.

Kevin:Y en la realidad.
-se acercó a mi y me tomo por la cintura con cuidado-

Ana:Duele.
-dije con nerviosismo-

Kevin:Se que no te duele, más bien te pones nerviosa.
-beso la comisura de mis labios y tomo mi mano-

Ana:Eres un tramposo.

Kevin:No lo soy.

Sonreí como niña pequeña enamorada de un hombre por sus buenos tratos.

Caminamos tomados de la mano hasta el coche, me ayudo a subir y volvió a besar mis labios, sentir sus labios contra los míos me hace sentir escalofríos con mil mariposas en mi estómago, me sentía bien con este nuevo hombre, pero ¿Por que esperar a que pase algo malo para tratarme bien?

Tal vez en otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora