Prólogo

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Hace más de mil años, los dragones enfrentaron a un némesis formidable conocido como "La Bestia de Tres Cabezas". Esta criatura poseía la fuerza combinada de todos los dragones, con la capacidad de escupir fuego, vomitar llamas y provocar tormentas. Capaz de matar cualquier cosa que considerara una amenaza, la bestia también tenía la habilidad de procrearse sola. Los historiadores cuentan que, cuando la Bestia sentía que su muerte estaba cerca, comenzaba su metamorfosis, produciendo miles de huevos adaptables a diversas condiciones.

Las crías de esta criatura eran conocidas como "Los Oscuros" seres con un instinto asesino incontrolable. Dotados de fuerza sobrehumana y largas garras para destripar a sus presas, tenía el aspecto de un dragón más pequeños pero con la velocidad de un rayo en la tierra, cuellos largos como serpiente y mordeduras venenosas. Sus alas cortas les impedían volar y no podían escupir fuego.

La guerra entre los seres sobrenaturales, humanos y los dragones se extendió más allá de los límites del reino. Hombres y mujeres, dragones, crías y sobrenaturales pagaron un precio altísimo, casi llevándolos a la extinción. Nadie podía prever la llegada de la Bestia desde las profundidades del abismo, destruyendo todo a su paso: pueblos, ciudades y continentes. Los dragones intentaron detenerla, pero sus llamas no la afectaban y los tornados que la Bestia generaba obligaron a los dragones a retirarse. Ante una criatura indestructible, sin arma ni magia que pudiera matarla, la esperanza parecía perdida.

Sin embargo, humanos, dragones y seres sobrenaturales firmaron un decreto de paz, decidiendo unir fuerzas para eliminar a la Bestia. Los dragones comenzaron a vincularse con humanos valientes, inteligentes y capaces, descartando a los que consideraban inservibles. Esta unión fortaleció a ambos, duplicando la fuerza de los dragones y otorgando a los humanos poderes de magia blanca. Pero la magia tenía un límite, y si un jinete lo cruzaba, tanto él como su dragón morirían, castigados por la naturaleza.

Los centauros, criaturas mitad humano y mitad caballos, inicialmente salvajes y poco inteligentes, fueron dotados de inteligencia para ayudar a cumplir con el tratado. Las Anfibenas, serpientes de dos cabezas, una de las cuales escupía veneno paralizante mientras la otra devoraba, eran consideradas de las criaturas más peligrosas. Los Nefilim, humanos con magia, también practicaron en la lucha.

Aun con toda la magia del mundo, no pudieron derrotar a la Bestia hasta que una pareja de jinetes, junto con sus dragones, forjó una espada capaz de matarla. La guerra alcanzó un punto crítico, llevando a la extinción a las Anfibenas. La Bestia, acompañada de su ejército de Oscuros, representaban una gran amenaza. Aunque los jinetes y dragones no tenían problemas con los Oscuros, ya que no podían volar y solo podían ser eliminados decapitándolos, la lucha dejó a los centauros y a los Nefilim al borde de la extinción.

La pareja de jinetes creó una espada con el fuego de sus dragones, la magia del vínculo, el sello de un Nefilim y la sangre de todos los aliados de la paz. Aunque no era seguro que la espada funcionara, era su última esperanza. En una batalla final, atravesaron el corazón de la Bestia, acabando con su amenaza, pero no sin antes sufrir una devastación que dejó el mundo en ruinas.

Así fue como terminó la " Guerra de los seres", un conflicto que, aunque devastador, también unió a los supervivientes en un esfuerzo común por la paz.

El Reino OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora