Capítulo#1 Helgala

97 9 4
                                    


La noche golpeaba los cimientos del castillo y las velas amenazaban con apagarse, los guardias corrían con sus armaduras puestas y sus espadas en las manos, mientras yo y mi hermana los observábamos. Esto no era una pesadilla, era la realidad, estábamos bajo ataque. El motivo o quien lo estaba haciendo era inconcluso.

Los gritos de desesperación se podían oír a grandes voces, la servidumbre corría por todos lados, buscando un lugar seguro para refugiarse, pero el rostro de mis padres me decía que no había un lugar seguro en el reino. No podía concentrarme, no podía fijar una estrategia que salvara la vida de mi hermana y la mi, el miedo me calaba los huesos y la respiración no me ayudaba.

"Maldito problema pulmonar"

—Mamá—la voz quebrada de mi hermana, me rompe el corazón. La miró y tomo con fuerza su mano y la entre lazo con la mía y sus mejillas rozadas son empapadas por sus lagrimas.

Mi madre nos mira con sorpresa, sabiendo que no podíamos estar ahí. El salon de batalla, estaba repleto por los soldados del reino. Mientras mi padre organizaba una estrategia para salir a luchar, y mi madre tampoco se quedaría atrás, viendo con su pueblo era atacado.

—Axael, saca a tu hermana de aquí.—nos grita desde la distancia y por un leve segundo los ojos de papá se fijan en los mios, pero vuelve a centrase en el mapa. Su mirada me dice que corra, pero mi cuerpo no responde. Es como si estuviera viviendo una de mis peores pesadillas. —Axael, ya.

Adela apreta con fuerza mi mano y entonces reacciono y salgo corriendo hasta nuestras habitaciones. Chocando y empujando a las personas que corrían de un lado y para el otro.

—Axa, Axa. Espera, me lastimas— mi hermana se queja por los jalones que le estoy dando, pero ya no hay tiempo.

Teníamos que salir del castillo, ya.

—Lo siento—me paro por un segundo, y miro a mi alrededor, todo era tan extraño, podía sentir un ligero tirón de magia, que me dice que algo no estaba bien. Que la noche oscura, de es día no era normal, que el aire que se respiraba era más pesado que el de costumbre y que el olor azufre, era repugnante.

Bajo mi cabeza y una vez más, la miro a sus ojos.

Aquellos ojos azules cristalizados que me gritan que tienen miedo, la estrechó contra mi y la abrazó con todas mis fuerzas. Para cuando me separo de ella ya estoy un poco más calmada, para poder dar órdenes. Coloco mis manos sobres sus hombros y le hablo.

—Escúchame, corre a tu habitación y cámbiate. Ponte tu armadura y la ropa de entrenamiento. Toma todas tus armas y ve directo a los establos y espérame ahí. Entendido.—ella asiente y ambas nos separamos.

Todo estaba a punto de cambiar, todo el conocimiento que habíamos adquirido estaba a punto de volverse absurdo. Porque la realidad era, que no sabíamos lo que verdaderamente nos esperaba a las afueras del reino.

Abro ambas puertas de un empujón y comienzo a buscar mi ropa de entrenamiento, entre mis cajones. Con toda la velocidad que me permiten mis dedos, me quito el traje, desamarro el corset, me deshago de las enaguas y me quito las medias largas, que me llegan hasta los muslos. Tiro todo aun lado y me amarro la armadura, la ajusto lo mejor que puedo y me pongo la ropa de entrenamiento.

—Princesa.—la voz conocida de Emma, llena la habitación. Me giro para ver donde esta y la encuentro acurrucada en una de las esquinas, tapada con el mueble y las cortinas.

—Emma, ¿que haces ahí? ¿Donde esta tu madre? deberías estar con ella.—me acerco hasta donde está y la ayudo a mover el mueble y le doy la mano para que se ponga sobre sus pies.

—La perdí en el corredor y me escondí aquí, hasta que llegarás.—al verla a la cara le noto un corte en su labio inferior. Buscó en mi armario, una segunda ropa de entretenimiento y se la lanzó, y agradezco a los dioses que las dos calzamos el mismo size. Mientras que yo me pongo las botas. La ropa se nos ajusta cómo si fuera una segunda piel, pero permitiéndonos la comodidad para cualquier movimiento.—¿Donde está Adela?—pregunta con un ligero todo de preocupación.

El Reino OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora