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La tarde del sábado transcurría tranquila para Manuela y Victoria, quienes disfrutaban de una cita a solas, alejadas de su maternidad.

Ya habían cumplido dos meses juntas de nuevo, y tocaba celebrar su aniversario. En redes sé corrían rumores de que habían regresado, pero ninguna aclaro nada más que el reencuentro de 1k.

— Creo que jamás disfrute tanto nuestra relación cómo en esta etapa -confiesa Manuela- Ahora miro a mi yo de años atrás y la abrazo, asegurándole que todas esas dudas y miedos valieron la pena.

— Yo veo a mi yo de antes y la golpeó mucho por ser tan cabrona con una nena tan linda como tú -Manuela río-

Caminaban juntas por las calles de Añasco, ese lugar que las vio jugar, crecer, enamorarse y odiarse; disfrutando y recorriendo las memorias acumuladas en su hermosa isla.

— Mira eso... -hizo un puchero-

Manuela quien se concentró en su celular para obtener alguna señal de su hija, levantó la vista al escuchar la voz de Victoria, acompañada de un tirón de brazo.

Victoria se pegó en la vidriera de una tienda para bebés, señalando ropa super tierna. A Manuela la invadió la nostalgia, recordando a Allegra en ese tamaño tan pequeño.

— ¿Y si compramos? -propone Victoria-

— Eso no le queda a Allegra -niega Manuela- Lamentablemente... -fingió secarse una lágrima-

— Por si algún día tenemos otro -explica- Lo siento, te estoy presionando -se disculpa, y comenzó a alejarse de la vidriera-

Manuela la frenó e ingreso a la tienda, sus emociones fueron más fuertes.

Una vez con la bolsa en la mano, se paró frente a Victoria y habló.

— Me encantaría agrandar nuestra familia, Vic -sonríe-

Los ojos de Victoria se aguaron de emoción, esa era la prueba más real de que había recuperado a su familia y se aseguraría de jamas perderla otra vez.

Los ojos de Victoria se aguaron de emoción, esa era la prueba más real de que había recuperado a su familia y se aseguraría de jamas perderla otra vez

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Mariana, Mauro, Joshua, Juan, Bona, Victoria y Manuela lloraban observando a Allegra; eran lágrimas de emoción.

— Se ve tan bonita -solloza Mauro-

Manuela río, jamás había visto a su hermano llorar.

— ¿Cómo detenemos su crecimiento? -cuestiona Victoria-

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— ¿Cómo detenemos su crecimiento? -cuestiona Victoria-

— Si supiéramos, ya lo hubiéramos hecho -asegura Mariana-

Allegra jugaba entre ellos, lo que estrujaba sus corazones de amor. Era la luz de ese equipo, no creían que algo les faltaba hasta que nació Allegra.

Una vez dejaron a Allegra en el jardín de infantes, cada uno se dirigió a cumplir con sus actividades, Manuela y Victoria se dirigieron a la clínica encargada de crear a Allegra, en busca de agrandar el corillo

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Una vez dejaron a Allegra en el jardín de infantes, cada uno se dirigió a cumplir con sus actividades, Manuela y Victoria se dirigieron a la clínica encargada de crear a Allegra, en busca de agrandar el corillo.

Mientras Manuela se encontraba recostada en la camilla, solo podía tener su mente llena de recuerdos y miedos, pensando ¿Cómo sería su vida con dos criaturitas si Victoria decide abandonarla de nuevo?

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐋𝐨𝐩𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora