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Lo siento -se disculpa Manuela, haciendo puchero-

Victoria abrazo a su mujer, sintiendo como sollozaba sobre su pecho; Acariciaba su cabello mientras le repetía una y otra vez que todo estaba bien.

— Es que las hormonas están comenzando a afectarme -explica, tratando de frenar su llanto-

La platinada guió a su esposa hacía la habitación, necesitaba descansar. Logro recostarse junto a Manuela y la abrazo.

— Chula ¿Puedo preguntarte algo? -cuestiona, Manuela asintió con la cabeza- ¿Cómo supiste que Isarel estaba ahí?

— Lo soñé -responde Manuela y soltó una pequeña risa- Mis sueños me lo dicen todo

Victoria por un momento pensó que su mujer estaba loca, pero ella estaba igual o más loca. Así que entre locas se entendían y se amaban.

El tiempo transcurría, los shows, escenarios y ecografías también lo hacían, junto a la barriga crecía Allegra quien trataba de no separarse jamás de 'su cariño'. Cómo siempre le decía mientras acariciaba la barriga de su madre.

Por otra parte, dentro de Manuela crecía un gran rechazo hacía los toques de casi cualquier persona, y principalmente de Allegra.

Le estresaba y alteraba muchísimo que su toddler estuviera cerca de su barriga, pero Victoria insistió en que la pequeña no era culpable de nada y merecía ser bien tratada.

Manuela lo entendía, diario lloraba por tener ese rechazo hacia su hija. Se odiaba por actuar así y odiaba su embarazo, odiaba a ese bebé que la obligaba a comportarse de esa manera.

La barriga de Manuela ya era notable, las 16 semanas de embarazo podían verse desde cualquier ángulo y los rumores comenzaron a viajar por el mundo.

— Baby ¿Segura no quieres venir? -insiste Victoria-

El 'xoxo world tour' estaba a a punto de dar su primer show, Victoria no estaba segura en dejar a Manuela sola y con esa falta de cariño hacía Allegra.

Su madre juro por la vida de sus tres hijos que se encargarían que ambas mujeres se llevaran bien.

— Vic, estaremos bien -asegura Manuela- Estuvimos solas dos años, podemos estarlo tres meses

Victoria torció el gesto, esos tres meses no serían para nada iguales a sus dos años en solitario.

— Es que, entiéndeme, tengo un mal presentimiento -confiesa-

— Vicky, estamos tarde -interfiere Mariana-

— Amor, no pienses cosas negativas... las atraerás -recuerda, Victoria asintió no muy segura-

— Debo irme ¿Me llamarás cada que puedas? -pregunta, Manuela asintió-

Victoria beso los labios de su mujer, disfrutando de ese último beso y se acercó a dejar un leve beso en la barriga, que fue rápidamente rechazado por Manuela. Allegra corrió hacía sus piernas, recibiendo un fuerte abrazo de su mamá.

— Te voy a extrañar -susurra hacía Allegra- Pórtate bien, por favor -pide, Allegra asintió- Baby, be nice -suplica hacia Manuela-

I do my best -sonríe la embarazada- Enorgullece a tu familia, te amo -se despide-

Vio marchar a su mujer, con dolor y un nudo en la garganta. Sintiendo que debía correr detrás suyo y suplicarle que se quedará a su lado, con la intensa necesidad de su protección.

Por un momento los nervios y el miedo la invadieron ¿Que haría totalmente sola con una niña y embarazada? Ya no podía correr a brazos de sus hermanos, pues tampoco estaban.

Solo existía una opción, pero no quería hacerlo.

Debía afrontar su maternidad sola y de la mejor manera posible.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐋𝐨𝐩𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora