8. Inercia

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La cama de Wednesday estaba hecha un desastre.

Luego de que amaneciera el brillo que entraba por el ventanal pegó directo en la cara de Enid, había olvidado que su lado del cuarto al tener esos colores chillones pegados al vidrio dejaban que la luz entrara más intensamente.

Ella intentó voltearse pero unos brazos se aferraban con fuerza a su torso y empezó a recordar lo que había ocurrido la noche anterior, lanzó una breve mirada a la cama opuesta y notó el revoltijo de sábanas, frazada y almohadas, realmente había perdido el control.

Pero para su extrañeza no se sentía tan mal por ello.

Wends —murmuró al tiempo que intentaba liberarse de su agarre.

La morena no despertó para al sentir el movimiento de Enid se apegó más a ella, la rubia gimió en respuesta al sentir el roce, las manos de Wednesday bajaron del torso a sus caderas y los dedos de su derecha juguetearon por su entrepierna.

¿No dormías? —fue lo que pudo articular Enid sintiendo como su cuerpo empezaba a tensarse y su respiración se agitaba.

Pero Wednesday no respondió, solo sus manos parecían cobrar vida mientras la acariciaban con cuidado, la mano que se movía cerca a su centro se abrió paso hasta chocar con la humedad de la entrada, las piernas débiles al contacto se dejaron manipular por el movimiento, Enid podía sentir el miembro endurecerse y hacer presión como si hubiera recibido una alerta silenciosa.

Dos horas de sueño parecían ser suficientes al parecer.

Enid se sentía agitada de nuevo, ahora movía las caderas con la presión del miembro tras de ella, el agotamiento de la mala noche la dejaba desarmada, eso y las ganas que tenía que Wednesday no se detuviera, la morena aprovechó para ayudarla a separar sus piernas y cuando ella estaba lista para lo que venía a continuación sintió un ronquido bajo.

Se había quedado dormida de nuevo.

Resopló molesta y con el cuerpo caliente, ¿¡cómo se atrevía a dormirse!? quería regañarla, despertarla y reclamarle pero lo pensó mejor, sentía que necesitaba primero desfogar un poco de ese subidón de energía aunque tuviese que hacerlo por cuenta propia.

Sin desacomodar su postura comenzó a masturbarse dejando que sus dedos resbalaran hacia su interior, ahora ya no apagaba su voz como le ocurriera días atrás, con la morena durmiendo realmente no se preocupaba de exponerse tanto, su interior apretaba mientras se imaginaba que era embestida por ella y se movía cada vez más rápido queriendo alcanzar el orrgasmo que la llevaría al sueño que debía recuperar.

Pero el ajetreó terminó de despertar a Wednesday que al inicio no entendía porque estaba de ese lado de la habitación, al reparar en que Enid se hallaba frente a ella desnuda y jadeando tuvo que parpadear un par de veces para asegurarse que no estaba teniendo una alucinación.

Wends... más —soltó en un gemido

Definitivamente no estaba soñando.

Tragó saliva mientras sentía la energía agitada de la rubia, sus caderas moviéndose, su mano atrapada entre sus piernas, no lo pensó más y dejó que su propia mano se posara sobre la de ella que tocaba y acariciaba sin cansancio su centro, jugando y bailando a un ritmo impasible, Enid se sobresalto por un breve segundo pero dejo que la morena tomara el control, llevó su cabeza hacia atrás e intentó respirar hondo mientras sentía el orgasmo subir cada vez más y de repente la soltó, se salió de ella con tanta brusquedad que quiso reclamar pero no pudo abrir la boca más que para formar una pequeña expresión de sorpresa cuando Wednesday acomodándola boca arriba la embistió con fuerza.

No me sueltes - Wenclair 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora