Capítulo 8

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                       Somos Ajenos.

Frank y Benito entraron a la habitación, era obvio que Frank estaba molesto y confundido, así que cerró la puerta con un fuerte golpe.

–¿Qué fue eso? ¿Quien eres? Estoy dudando en saber si realmente te conozco– Frank miraba a Benito, decepcionado y casi rojo de la furia.

–Tranquilo, te explicaré todo, mantén la calma.– el castaño estaba muy preocupado, tenía un interés romántico enorme con Frank, temía arruinar todo.

Frank no podía dejar de caminar por la habitación, miraba sus zapatos mientras tomaba su taza de café con sus manos temblorosas.

– ¿Por que lo hiciste? ¿Realmente fuiste tu?– mientras tomaba de su taza de café y se sentaba en la silla cerca de el pequeño escritorio que tiene cerca de su balcón. 

– Si, si fui yo, yo golpee a Chris, pero no sabía que era tu amigo... de saberlo jamás lo habría tocado.– un poco fuera de sí, y molesto comenzó a gritarle a Frank.

- Me da igual, fuera o no mi amigo, eso no se hace ¿por que tratar mal a una persona?.-  Frank alzaba la voz cada vez más, se sentía terrible, como una traición.

-Porque son unos raros, viste a ese Paul, no tiene dinero, su forma de vestir es asquerosa, ademas de que se junta con uno peor que él, detesto verlos.-  se sentó en la cama y se cruzo de brazos y piernas sin mirar a Frank.

- ¡¿Te estas escuchando?! eres un idiota, no hay razones validas en tus argumentos, solo eres un niño mimado asqueroso.- Frank le lanzó el café en la cara a Benito, lo que hizo que este se levantara y enojada muchísimo con Frank.

– ¿y esto que haces si esta bien?– sarcástico y limpiando su rostro molesto. –Lo lamento, lamento lo que hice, pero no me caen bien esos amiguitos tuyos, son molestos, no se por que te juntas con ellos.–

‐Chris es mi mejor amigo, y lo conozco mejor a que a ti, jamas hables así de el, ahora vete de mi casa por favor, no quiero seguir viéndote.– cabizbajo y caminado a su balcón.

–Frank, espera, lo lamento enserió, por favor.– le suplicaba mientras tomaba su mano para acercarlo a él y tomaba su barbilla para tratar de besarlo.

– ¡suéltame!, no me toques ¡vete de aquí!– saltándose del agarre y empujándolo fuera de su habitación.

En cuanto logro sacar a Benito de su habitación, se quedo mirando a la nada, sentía un vació en su pecho, de verdad sentía algo por Benito, pero al saber que es un idiota lo único que pudo sentir fue repudio y miedo hacia él. 

A la mitad de la noche, Frank estaba recostado en su cama, mirando el techo aún pensaba en lo que paso. Derrepente un ruido que venia de su balcón lo hizo levantarse de golpe, con algo de miedo ya que era un poco tarde para que hubiera ruidos cerca.

Al mirar por la cortina y con mucho cuidado pudo ver a un chivo antropomórfico, era muy alto, este estaba tirado en el suelo, al parecer se tropezó con una de las macetas con flores que había en el balcón. Después de míralo, se escondió de nuevo, había un completo desconocido tratando de entrar a su casa, volvió a mirar hacia afuera pero el tipo ya no estaba, trato de buscarlo, abrió la puerta del balcón y salio a ver, una mano toco su hombro lo que hizo que brincara del susto.

-¡AHHH!- no pudo terminar de gritar ya que el chivo le tapo la boca rápidamente haciendo que Frank se quedara quieto.

-Tranquilo, baja la voz, no vengo a hacerte daño... en realidad no sabia que habría alguien despierto, solo cállate, tomare unas cosas y me iré .- miro al pelinegro a los ojos mientras lo decía, fue cuando pudo notar que era el amigo de Chris, Frank.
–Espera... tú eres Frank ¿no? el amigo de Chris.–dijo esto, sonrió y lo soltó.

-¿Como sabes mi nombre? y ademas ¿Por que estas aquí? ¿Pensabas robarme?- dijo el pelinegro, esto ultimo con molestia pero aun en voz baja. 

- Bueno, no te miento, si pensaba hacerlo, pero al saber que es tu casa ya no lo haré.- el chivo reía pero aun seguía buscando cosas en los cajones y debajo de la cama.

Frank solo lo veía, por alguna razón se quedo embobado con la apariencia del chico, la luz que entraba en su habitación y caía sobre el chivo, haciéndolo lucir aun mejor. 

-amm esta bien, espera... si no piensas robarme ¿por que sigues buscando cosas en mi habitación?-  un poco confundido se acerco a el y rió nervioso.

-Es la costumbre, lo lamento, me llamo Jaime, un gusto conocerte al fin niño bonito.- extendió su mano para saludarlo.

El pelinegro se ruborizo y se sorprendió un poco - ¿Como sabes mi nombre?- rió nervioso, temía que no fuera la primera vez que venia a esta casa.  

-oh si, lo siento, Chris y Paul me hablaron de ti y pude verte cuando fuiste por tu amigo a la escuela, lamento que nos conociéramos así.- rió y se avergonzó, Frank es lindo y con clase, cuando el se acaba de meter a robar a su casa. 

-bueno, mucho gusto Jaime, amm no se que decir, estas en mi habitación a mitad de la noche, esto es raro,me alegro conocerte enserio pero amm...-  no sabia como decirle que debería irse, ya que si lo encuentran ahí podría meterse en problemas.

-ah si, debería irme, perdóname, solo te necesito pedir un favor, no llames a la policía.- sonrió sutilmente mientras lo miraba.

- si tranquilo, no lo haré, pero no lo hagas de nuevo.- reía y trataba de no hacer tanto ruido.

-no puedo prometerlo, al menos no robare en tu casa... de nuevo.- camino hacia el balcón y abrió la puerta para poder irse.- nos vemos después Frank, deberíamos salir nosotros dos alguna vez, eres lindo y tu ojos me gustan mucho.- sonrió y procedió a bajar por el balcón.

Frank solo lo miro irse, su cara estaba roja, el repentino coqueteo, que no le molesto en lo absoluto, fue un día lleno de emociones, decidió irse a dormir, no sabia si era por que eran mas de la media noche o realmente le gusto aquel ladrón que entro a su casa.

Jaime al bajar y estar fuera de la casa de Frank, solo miro el balcón y sonrió, le gustaba Frank, pero no como todos esos romances que a tenido, que ni siquiera se pueden llamar romances por que eran de mero vinculo carnal, Frank lo hacia sentirse  feliz con solo mirarlo, era muy tonto para el, ya que crear vínculos no es lo suyo, el es mas de sexo sin remordimientos ni mensajes o citas al terminar. Camino a casa, sin no antes llamarle a Paul para contarle lo que acaba de pasar.





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