◖ 𝐋𝐞𝐞 𝐇𝐞𝐞𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠 ◗

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Alguien "normal" podría decirle a Jake que está demente, pero a él le importaba muy poco.

Anotarse como ayudante del equipo de fútbol (lo que implicaba lavar sus apestosas camisetas y toallas) solamente para poder ingresar sin impedimiento alguno a sus vestidores y observar de cerca a sus posibles siguientes presas, era algo que sus mejores amigos habían calificado como "descabellado". Pero, como anteriormente se ha mencionado, a Jake le importaba realmente muy poco.

No era absolutamente nada divertido tener que cargar con una asquerosamente maloliente mochila llena de toallas y camisetas sudadas por todo el pasillo de la universidad y en su auto para la lavanderia más cercana, pero todo era gratificantemente recompensado en el momento en que los jugadores ingresaban a las duchas después de jugar y a medio vestir.

Jake sabía cómo disimular a la hora de pasar cabina por cabina en busca de sus prendas sucias y al mismo tiempo, echar una breve mirada a los musculosos cuerpos de cada uno de los jugadores.

Jungwon no había recibido información falsa. Todos estaban considerablemente bien dotados...pero ninguno llegaba a sorprenderle.

Incluso había tenido que descartar a Park Sunghoon de su lista en el momento qu supo que empezó a salir con un chico hace no mucho tiempo. Así que su búsqueda continuaba tranquilamente... o al menos así fue hasta que apareció Lee Heeseung.

¿Quién demonios era Lee Heeeung?

Heeseung era otro más de aquellos estudientes de intercambio que habían ingresado a la universidad a aquellas alturas del año. Un niño bueno, educado, inteligente, aburrido, en exceso respetuoso... un cerebrito, ratita de biblioteca, Sheldon Cooper 2.0.... entre otros calificativos algo más graciosos. Usaba unos grandes lentes redondos, pantalones muy anchos y se abotonaba la camiseta hasta el cuello. También usaba suéteres increíblemente grandes y con un cuello de tortuga. Heeseung era el típico chico que jamás mostraba más piel de la necesaria.

Jake no tuvo absolutamente nada qué ver con el chico (de hecho, desconocía de su existencia) hasta que Lee se vió obligado a ser parte del equipo de fútbol americano. Contrariamente a lo que todos pensaban, Heeseung era increíblemente bueno en los deportes, tan solo odiaba practicarlos, pero las chicas de toda la universidad enloquecieron cuadno el muchacho se dejó ver por primer vez con el uniforme del equipo puesto.

¿Quién diría que una simple ratita de biblioteca podría tener tales muslos guresos y fibrosos brazos dignos de un modelo a la altura de marcas como Armani? Sí, ni siquiera Jake se habría dado cuenta de ellos de no ser porque el chico necesitaba ganar puntos extras en el área de gimnasia y educación física, ya que era en lo único en lo que no destacaba.

Desde ese día, Heeseung no pudo tener sus momentos a solas en la biblioteca cada tarde, pues las chicas le perseguían hasta el almuerzo.

Sin embargo, Jake, aunque podía admitir que el chico tenía una cara que podría derretir a los polos y unos brazos en los que te quisieras morir lentamente, no lo encontraba demasiado llamativo y eso era debido a que era un mojigato; el chico esperaba a que todos sus compañeros de equipo saliesen de las duchas parra poder ingresar él y hacer su aseo privadamente.

Jake no lo entendía, pero tampoco le importaba.

O al menos así fue hasta que ese insignificante día en el que tuvo que quedarse hasta tarde recogiendo ropa sucia de los jugadores.

El día anterior habia faltado a la universidad y, por lo tanto, a sus horas extras como ayudante del equipo, por lo que la ropa sucia de acumuló y se vio obligado a buscar formas creativas de poder llevar dos tandas a la lavandería sin morir en el intento, así que decidió (por mucha flojera que le diese) hacer dos viajes.

Y justo ahí, cuando volvia de la lavandería por la segunda tanda, que vio por primera vez lo que se convertiría en el mayor de sus deseos más oscuros: Lee Heeseung se desnudaba de espaldas, sin tener la más mínima idea de su presencia y sin ser pudoroso como Jake se había acostumbrado a verlo. Y, oh, santo infierno.

El pelirrojo era jodidamente lo más delicioso que Jake había visto en mucho, mucho tiempo.

Sim ahora se podía sentir identificado con aquellas chicas que no lo dejaban en paz ni en el almuerzo. Porque el chico era... era sublime. Joder, se había quedado sin palabras. Su piel no era bronceada como la de los demás jugadores, era muy pálida y se veía verdaderamente tersa y apetecible. Cada vez que se movia, incluso en lo más mínimo, los músculos de su espalda de flexionaban y salían a la vista, viéndose tan imposiblemente exquisitos que Jake estaba empezando a delirar; se podía ver a sí mismo lamiendo con dedicacíon cada uno de esos preciosos músculos pliegue a pliegue, quería pasar su lengua por todo ese perdecto y tonificado cuerpo de dios griego que le estaba causando un dolor terrible en la...

- ¡AAH!

Jake saltó en su lugar, asustándose de modo que avanzó un par de pasos al frente y se resbaló gracias al agua regada por todo el lugar. Cerró los ojos un segundo, intentando recomponerse y cuando los abrió, creyó haber sido realmente muy buena persona en su otra vida, pues el enorme -realmente enorme- miembro de Lee Heeseung era lo que estaba frente a su cara en el momento que abrió los ojos.

"Madre santa, esos son mínimo veinticuatro..."

Sin embargo, tan pronto como el chico terminó de ayudarle a levantar, se cubrió con lo primero que encontró: la ropa que recién se había quitado. Sus mejillas y las de Heeseung coincidieron para ponnerse rojas como tomates tan pronto como se miraron a los ojos, la diferencia era que el bajito tenía un par de pensamientos poco cándidos en su cabeza que eran la razón del color en sus pómulos, pero Lee estaba en una situación totalmente diferente, preocupándose más por cubrir su cuerpo que por otra cosa.

-Lamento haberte asustado... -Susurró el chico, apartando la mirada lo más rápido posible.- Pero... en mi defensa, tú me asustaste primero.

El alto suelta una pequeña risita torpe que hace que el estómago de Jake se sienta extraño. El chico era una preciosidad... y tenía un gran, gran, graaan amigo allí abajo. Sim empezaba a mirarlo con otros ojos.

Estaba sin palabras, no sabía que decir. Lo único que quería era arrodillarse frente al pelirojo semidesnudo frente a él y rogarle que le dejara exprimir hasta la última gota de un orgasmo que Jake estaría complacido de causarle con sus propias manos... quizá su boca podría ayudarle.

-¿Estás bien? -Pregunta Heeseung, mirándolo con ojos preocupados. No traía sus lentes y sus preciosos y grandes ojos oscuros de bambi le estaban haciendo sentir estúpido. Había conquistado extranjeros desde Alemania hasta Chicago y no podía abrir la boca frente al cerebrito nuevo de la universidad.

Cuando estamos nerviosos decimos tonterías, lo primero que se nos viene a la cabeza en la mayoría de los casos y quizá pasamos las mayores vergüenzas de nuestras vidas... pero Sim Jake sobrepasó el límite.

-¿Me dejas chúpartela?

𝐍𝐢 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐉𝐚𝐤𝐞, 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐥𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨

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𝐍𝐢 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐉𝐚𝐤𝐞, 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐥𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨... 𝐪𝐮𝐞́

𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚 ✩‧₊˚┆𝐇𝐞𝐞𝐣𝐚𝐤𝐞 ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora