Capítulo 1

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No tenía ni la más mínima idea de que hacer, mi última clase habia sido cancelada de improvisto, lo cual no era demasiado normal que digamos... Bueno, o sea si era común pero con la profesora de biología era demasiado extraño, esta dando vueltas por la escuela, a veces deteniéndome para saludar a unos cuantos amigos de semestres anteriores.

-Kat- Me di la vuelta y sonreí levemente a ver a Camila y a Isabella -¿Por qué tan sola y Ariana?-
-Oh tuvo que quedarse a ver algunas cosas con el profesor de Contabilidad, creo que algo de las tarjetas de almacén o asi-
-Ya vemos... Pero que bueno verte, nos vemos más al rato-
-Oh, hablando sobre eso, ¿Existe la posibilidad de que me pueda meter a su clase? Es que yo ya no tengo y pues aun no me quiero ir a mi casa-

Las dos chicas se miraron entre ellas y asintieron levemente, mientras nos agarramos de la mano para ir a su clase, aunque ya lo habia echo en semestres anteriores siempre me quedaba ese temor de ser descubierta y que me echaran seria definitivamente vergonzoso.

-¿Qué clase les toca?- Le pregunte a Isa
-Matemáticas, tranquila hoy formaremos equipos para ver algo sobre un proyecto- Asentí levemente menos confiada ahora.

Relativamente no resulto nada mal, todo estuvo tranquilo, pero al juzgar la profesora si se habia dado cuenta que yo no era de su grupo, pero decidió quedarse callada, todo estaba tan tranquilo, mis amigas estaban viendo con quien reunirse y al parecer lo consiguieron, porque estaban hablando con tres chicos.

-Jóvenes, jóvenes, por favor junten las mesas, con todos los integrantes, por favor vamos a iniciar a ver lo del proyecto-

Rápidamente me pare a ayudarle a mis amigas con sus cosas, cuando terminaron de hacer lo indicando, me acerque y fue ahí cuando lo vi, senti como mi corazón se paraba, ¿Cómo se llamaba ese lindo de ahí? La manera en la que sus rulos se acomodaban, su sonrisa.

-Los presento Katherine, ellos son José, Pedro y Dylan, tambien los puedes llamar los tres imbéciles-
-¿Qué?- Pregunte confundida cuando me di cuenta de que el chico de rulos me regreso la mirada, yo solo puede apartar la vista hacia Camila.
-Es que son unos imbéciles, mucha suerte con aguantarlos-

Rei levemente mientras me sentaba entre mis dos amigas, al poco tiempo me quede callada solo veía como trabajaban, o bueno eso solo fue como por unos veinte minutos porque al poco tiempo yo me puse a hacer mis propias tareas que me habían dejando ese día.

-¿Siempre llevas tantas cosas en tu mochila?- Alce la vista de donde provenía la voz... Dándome cuenta de que era él. Lo que hizo que bajara la mirada rápidamente y asentí levemente – Se ve demasiado pesada, ¿No lo crees? -
-Bueno a mi realmente no me pesa casi nada-
-Niña estudiosa... que interesante-

Solo vi como Isabella nos miraba y a lo cual los dos regresamos a nuestros respectivos trabajos, asi paso la hora entre chistes mal contados o de doble sentido, no podía apartar mi mirada sobre él, aunque claro cuando el me volteaba a ver solo sentía como mis orejas se ponían rojas y mi pecho se sentía bien, era difícil de explicar.

No me habia percatado que Camí habia puesto dulces sobre la mesa, hasta que los tres chicos lo agarraron como si fueran pinches animales que no los hubieran alimentado en los últimos cuatro meses.

-Hijos de puta, era para compartir, pinches hambreados- Todos reíamos al ver como Camí se enojaba -No pensaron en nuestra invitada-
-Tu tranquila, corazón, no ves que están todos flacuchos, entiéndelos no los quieren en su casa-

Las risas se volvieron a desatar, mientras que Camí nos pasaba chocolates, fue hasta que saco unos pingüinos, que el chico y yo lo agarramos al mismo tiempo pero yo se lo arrebate, era unos pinches pingüinos o sea, luego con los caros que están los tremendos hijos de puta, si solo traen dos pastelitos.

-Hey, por favor, dámelos-
-Déjame lo pienso... Emmm... No, no quiero- Rei levemente mientras escondía los pastelitos, hasta que me hizo ojitos, ese hermoso color café, me miraron con suplica, asi que de los dulces que tenía vi por cual se los podía intercambiar.
-Anda dale no seas mala, aunque sea solo uno-
-Si me das los Carlos Quinto, te doy los pingüinos-

El rápidamente me los paso, cuando le di los Pingüinos, nuestras manos rozaron, ¿Por qué me ponía asi? Solo fue un roce ni que fuera nada del otro mundo, despues de esa pequeña interacción todos volvimos a nuestros mundos.

-Reviso lo que avanzaron la siguiente clase, chicos, ya se pueden ir-

¿Qué? Ya habían pasado las dos horas de clases, ¿en qué momento? Si apenas habia entrado, empezábamos a guardar todas nuestras cosas, ellos se fueron primero. Agarre rápidamente a la de pelo castaño largo por los hombros

-Camila, Camí, Camí, hazme un favor-

-¿Qué? ¿Qué pasa? - Me pregunto demasiado asustada.
-El chico que estaba sentando al frente tuyo... ¿Crees que le puedas pedir su Instagram? -
-¿Dylan?-
-Si, si, el, ya se me habia olvidado su nombre, por favor, ¿puedes? Me cayó bien y quiero ser su amiga-

Esa ni siquiera yo me la creía, pero me daba pena acercarme a él, o sea que tal y si cree que me lo quiero ligar o algo por el estilo, no, o sea era lindo, pero no quería ligármelo. Asi que con Isa nos fuimos corriendo al baño, mientras esperábamos a que terminara de hacer la obra magistral de pedir solo un usuario de Instagram.

-¿Te gusto?- Me preguntó Isabella mientras esperábamos recargadas en la pared.
-No, no es eso, o sea si es de cara linda pero solo quiero su amistad y...-
-Lo conseguí, ahorita te lo paso por mensaje-
-Gracias Camcam eres la mejor-

Y ahora lo único que se cruzaba por mi mente era... ¿Qué le iba a escribir? Sin parecer rara.

𝐶𝑖𝑢𝑑𝑎𝑑 𝐷𝑒 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora