Chainball Man

Tanaka

Aldo volvió a comprobar la dirección. 'No debería estar haciendo esto...' Sin embargo, tuvo que hacerlo porque era la dirección de su víctima. Su misión ahora está abortada y sus hermanos están muertos, por lo que no tenía ningún motivo para quedarse aquí por más tiempo.

La imagen del anciano agonizando volvió a cruzar por su mente, lo que lo atormentaba.  “Lo siento…”  Aldo se sintió tan patético y despiadado cuando apuñaló al anciano en el cuello mientras tomaba su último aliento.

Mirando el letrero para confirmar que efectivamente era la habitación del Sr. Tanaka, entró silenciosamente y miró a su alrededor y no encontró nada. El vacío era lo único que ocurría en la habitación. No había nada, ni familiares ni nietos, ni mascotas.

Tanaka debe ser un tipo solitario.

Aldo cerró cortésmente la puerta y se dirigió a comprobar el estado de la casa. Estaba en perfectas condiciones, tal como lo acababa de limpiar el anciano ayer. 'Los japoneses mantienen su casa ordenada...'

Aunque estaba limpia, algunos muebles todavía estaban esparcidos, lo que podría indicar que Tanaka estaba demasiado débil para moverlos por la casa. Al darse cuenta de que al menos podía hacer algo para expiar lo que había hecho, Aldo decidió reorganizar la casa nuevamente.

Comenzando con las sillas y Kotatsu, acercó el calentador al televisor, el lugar perfecto para una charla nocturna. Aldo dobló la silla y los sacó fuera del balcón.

Todavía no está terminado. Aldo notó que las plantas necesitaban riego así que tuvo que llevar el agua al baño. Al entrar, Aldo volvió a suspirar al ver un latón lleno de ropa.

Genial, ahora se agrega a la lista el secado de ropa.

Horas más tarde, se desplomó en el suelo debido al agotamiento. Aldo había hecho de todo, desde limpiar el balcón hasta arreglar todos los dispositivos electrónicos de la casa, aunque es un completo novato en esto.

Pero eso no lo hizo menos culpable por esto. Cada vez que cerraba los ojos, volvía a ver al anciano. "¡MIERDA!" Aldo, enojado, golpeó el suelo. Todavía lo desconcertaba que Mark y Joel mataran a tanta gente sin tener ningún remordimiento por las víctimas mientras él simplemente vomitaba cuando se quitaba la vida.

Como no quería volver a sentirse débil, decidió decir la palabra. “Nosotros… somos… inmortales-

*Anillo*

Aldo miró en la dirección de donde provenía el sonido. Fue una llamada telefónica. ¿Pero qué debería hacer? ¿Volverles a llamar? Pero Tanaka está muerto... Aldo se preguntaba si debería recogerlo.

Los timbres se hicieron cada vez más fuertes mientras alcanzaba el teléfono. Se detuvo frente a él y extendió una mano hacia él, pero luego se abofeteó. “No, no, no deberías. Podría ser un enemigo que te está provocando…”

Aunque quería ser cauteloso, la curiosidad se apoderó de él. Aldo cambió su rostro por el del Sr. Tanaka antes de levantarlo. "¿Hola?"

"¿Padre?"

¿Padre?

Aldo parpadeó un par de veces para procesar lo que dijo la otra parte. "Si, soy yo..."

"Oye, ha pasado mucho tiempo, ¿no?" El presunto hijo habló con voz entusiasta. Aldo, con su limitada habilidad para imitar la voz de la víctima, intentó sonar lo más débil posible.

"Sí, sí... Han pasado... algunos años..." Aldo amordazó cuando dijo eso. No sabe la edad del Sr. Tanaka ni el nombre de su hijo, y mucho menos cuánto tiempo hace que se vieron por última vez. '¡Mierda!'