Evangeline.
Me mantengo tirada en el sofá mientras busco algo entretenido que hacer.
Vivir un edificio carisimo y sola es bueno.
La soledad me encanta.
Así puedo hablar sola y tener mis escenarios esquizofrénicos sin ninguna interrupción.
Sigo pasando los canales y decido buscar una película en Netflix, ahí seguro encuentro con que entretenerme.
Puedo ver Avatar la leyenda de Ang por millonesima vez.
—Eres magnífica conciencia.—Me digo a mi misma y entro a mi Netflix.—Voy por las chucherías.
Salgo del sofá de un salto y corro con todas mis fuerzas hacia la cocina para buscar las chucherías que llenan mis gavetas.
Tarareo una melodía feliz mientras saco las frituras y luego los dulces. Me agachó moviendo mis caderas y doy un pequeño perrito antes de subir de forma sexy subiendome la enorme camisa gris que me cubre las bragas.
Me tomo las rodillas y imagino que le perreo a mi sexy jefe, imagino que me sostiene de las caderas y luego yo me pegó a su pecho sonriendo para bajar y con su ayuda subir.
Que no se note mi falta de interacción masculina.
Dejo de bailar y voy por la Coca-Cola en mi refrigerador y con eso pienso ir hacia mi maravilloso sofá pero me veo interrumpida cuando tocan mi puerta.
Mis pasos y sonrisa se mueren y miro la hora. Es de noche, yo no he pedido nada.
Aquella noche de hace dos años vuelve a mi cabeza y las piernas me tiemblan.
No puede ser Hudson, el murió. Cuando la policía llegó el estaba muerto de forma horrible mientras yo fui al hospital.
Él esta muerto, no puede hacerme daño.
Además, han pasado dos años.
Eso fue hace dos años y ahora vivo en uno de los lugares más seguros de New York, tengo hombres de seguridad puestos por Herodes.
Nadie podría venir a hacerme daño.
El timbre suena nuevamente y con él corazón en la garganta camino hasta la puerta, me pongo de puntitas para ver quien es pero no logro ver más que un ¿Un traje?
¿Eh?
Abro la puerta con cuidado y asomo primero mi ojos y cuando encuentro aquellos iris azules suspiro.
—Dios, me asusto.—Termino de abrir la puerta.—¿Que hace aquí?
Herodes me da una pequeña sonrisa mientas sostiene algo en su mano, parece una bolsa negra.
—Buenas noches Evangeline.—Saluda y los ojos le brillan.—¿Vienes a una cena conmigo?
¿Cómo dijo que dijo?
Le veo como si tuviera dos cabezas, noto que lleva un traje negro y bajo de la chaqueta un chaleco que se le pega muy bien al cuerpo musculoso.
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Peligrosa Atracción
RomancePeligro es lo que los tres significan Muerte, venganza y guerra. lo tenía claro desde el momento en el que supe sobre ellos. Aún así no pude escaparme ¿Cómo podría hacerlo de aquellos hombres que manejaban todo Estados Unidos y tenían gente más allá...