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Ven aqui le dije cuando la vi quieta en la cama sin moverse ni decir nada, sabía que aquello era nuevo para ella, sabía que era la primera vez que hacía aquel tipo de locura. Así que tenía que darle toda mí confianza porque sabía cómo ella se sentía. Yo también había pasado por aquel momento.

Obediente Vanesa se acercó a mí gateando por la cama, su mirada era como el de una niña que recién había empezado a ir a la escuela. Curiosa y llena de miedo.

Pero aún así, aunque ella dijera que seguía siendo una niña, aquella chica que tenía al frente mío no parecía para nada una niña. Su cuerpo ahora desnudo dejaba ver con exactitud cada centímetro de su piel.

Sus hermosos senos no muy grandes pero si lo suficientemente como para decir que podían ser jugozos. Si culo redondo era una obra de arte y su piel tan bkanca y sin imperfecciones me hacía creer que la chica que tenía delante mío era un ángel.

Sobre todo porque mí cuerpo no se parecía ni en la mitad a lo que era ella. Yo era su contrario y era algo que a ella le gustaba.

La bese en los labios con dulzura, sabía que en ese momento no era lo adecuado, besarla de aquella forma, pero no pude evitar hacerlo para que se sintiera confiada con nosotros. Mí esposo desde una de las esquinas de la habitación nos observaba atento.

Conforme nos besamos lo que era un beso gentil se vuelve lujurioso y lleno de deseo. Nos besamos con tanto deseo como si fuera la última vez que nos fuéramos a ver. Bueno quizás es así, así que tenemos que aprovechar el momento.

Me aparto un poco de ella lentamente mientras dejo sus labios para repetir húmedos besos por su cuello, besos que hacen que robe uno que otro gemido de su parte.

Continuó con mis besos mientras bajo por su cuello hasta su pecho y le prestó suma atención a sus dos pechos con sus hermosos pezones erectos. Disfruto de escucharla gemir mientras con mí lengua jugueteo con su duro pezón, me gusta escucharla gemir aunque es la primera vez que lo hago, muerdo lamo y beso sus senos mientras que ella se retuerce debajo de mí cuerpo.

Se que a mis espaldas aunque no puedo verlo se encuentra mí marido disfrutando de aquel espectáculo. Pero no me detengo, quiero que disfrute de esto al igual que quiero disfrutar yo.

La hago recostarse en la cama y con gentileza le abro la piernas un poco dejando a la vista su húmedo coño. Está lista para todo lo que hemos preparado para ella, pero aún no ha llegado el momento.

Vuelvo a sus labios dónde la beso con la misma intensidad que hacia un momento, ella gime contra mis labios y aprovecho para morderle el labio inferior. Abandono su boca y reparto besos desde su cuello hasta su pelvis. Le doy un pequeño beso en su perfecta chocha afeitada, gesto que hace que Vanesa se retuerza un poco. Está tan caliente que con el mínimo roce podría correrse.

Por primera vez en la noche miro hacía atrás encontrándome con la mirada de mí esposo, una mirada llena de lujuria y deseo, quiere participar lo sé, quiere formar parte de esto. Pero aún no es el momento, aún solo le toca tener que observar mientras ambas temblamos de puro placer.

Me acomodo entre sus piernas y doy besos en toda la zona sin llegar a ese punto más sensible. Beso sus muslos, y doy pequeños besos en su humedad, cuando escucho un gemido de su parte me dispongo a hacerla sufrir de esa manera en la que a las mujeres nos encanta.

Paso mí lengua lentamente por todo su coño húmedo, arrancando un leve gemido de sus labios, sonrió y vuelvo a hacer lo mismo mientas que ella se retuerce bajo mí. Un fuerte gemido sale de sus labios cuando pego mí boca a su clítoris y los succiono, ella no aguantará mucho más lo sé, está demasiado caliente y yo estoy tan húmeda como ella, lo puedo sentir mí coño palpita deseoso que le den atención.

Ella gime y grita que no pare mientras que yo continúo dándole placer con mí lengua rozando su clítoris y succionando, dando pequeños lametaxos que hace que se estremezca, y una vez más me dedico a darle muchísima atención a su clítoris, lugar más sencibke de todo el cuerpo de una mujer.

Ella grita con fuerza mienrras que se corre en mí boca. Me separó de ella, está toda sudada y ruborizada. Se ve tan sexy y deseosa.

Me pongo de pie y me dirijo al sofá en donde se encuentra mí esposo a la espera de que lo hagamos parte de nuestro juego.

Le susurro al oído algo que solo el y yo podemos escuchar mientras que Vanesa se recupera rendida en al cama. El se pone de pie y se dirige acompañado por mí hacía el lugar en donde se encuenrra la chica, la cual al verlo se tensa un poco, ella sabía a lo que veníamos pero saber que va a suceder seguro ma pone un poco incómoda. Aun así la déjalo dándole pequeños besos mientras me posición delante de ella la cual ahora mí esposo la pone en cuatro para penetrarla con su duro y erecto miembro.

Ella grita cuando el miembro de mí esposo la llena por completo, el mismo la coge con dureza mientras que la posiciona entre mis piernas, ahí justo donde se unen ambas en una humedad que me está matando.

Ahora más caliente que antes por la escena en frente mío, me retuerzo de placer cuando Vanesa me lame el coño con total inexperiencia.

No paro de mirar a los ojos al hombre que ha aceptado hacer esta fantasía mía realidad. Y disfruto del espectáculo que tengo en frente mientas que la chica que tengo entre mis piernas me tortura con su humeda lengua.

Siento la humedad de mí entrepierna crecer, mis gemidos se descontrolan al igual qud ella qud comienza a jadear mientras que Lucas mí esposo le da duro.

Me encanta la imagen que tengo en frente me encanta verlo como se coge a otra me pone demasiado que podamos disfrutar de lo mismo. Me dejó llevar por el fuerte orgasmo que me recorre justo en el momento en el que ella también se corre.

El no se ha cansado, lo sé. Así que me posición en frente de el mientras que el me penetra duro y rápido. Suelto un gritó y tomo a Vanesa por la piernas, en el momento entiende que es lo que quiero y se posiciona sobre mí boca dejandome todo su coño húmedo para que lo saboree una vez más.

Lucas me coge duro al igual que hizo con ella, duro, así como sabe que tanto me gusta como sabe que tanto me pone. Gritó de placer y gimo al igual que la chica que tengo sobre mí boca siendo víctima de mí lengua.

Lucas me masturba mientras que sus embestidas las hace más fuerte. sale de mí con torpeza, está a punto de correrse, así que tomo a Vanesa y la acerco a mí le indico que haga lo mismo que yo, así de rodillas en la cama, con la lengua afuera y mirando a los ojos de mí queridísimo marido, recibimos todo su fluido.

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