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Amarrada en aquella cama me sentía indefensa pequeña, más cuando las miradas de las dos personas en frente mío me estaban devorando, cargadas en lujuria, en deseo. Nunca había intentado aquello pero en el momento en el que acepte supe que no me iba a arrepentir. Ella era una chica pelirroja con su piel llena de pecas, de contextura delgada y hermosos ojos azules. Mientras que el era un moreno de ojos miel, aproximandamente un metro setenta y algo y de contextura bastante trabajada se notaba que hacía ejercicios.

Mientras que yo, una simple chica de cabello negro sin muchos senos y con un cuerpo bastante normal estaba allí en medio de aquella escena, amarrada a una cama en donde marcaría mí total perdición entregabdome al placer que aquellas dos personas me brindarían aquella noche. Era la primera vez que hacía aquello así que no negaré que estaba demasiado nerviosa y que sentí como las paredes se me vinieron arriba en el momento en el que ambos se acercaron a mí mientras me devoraban si siquiera tocarme aún.

Los mire llena de dudas, de miedo, aunque sabía perfectamente que aquel no era el momento para sentir todo aquello. No deje de mirarlos hasta que estuvieron a mí lado en la cama ella se acercó a mí decidida y me beso en los labios, el simple contacto de sus labios contra los míos hizo que una humedad creciera entre mis piernas, las sensaciones que sentí en aquel momento en el que una chica me beso por primera vez son inexplicables, el calor que me recorrió en aquel momento fue tan diferente a las otras veces que había hecho algo con alguien que me derretí entregándome completamente a ellos. El beso se volvió salvaje, deseoso de tantas cosas que se que marcos disfruto de la escena.

Nuria, ese era su nombre, dejo mis labios para comenzar a depositar pequeños besos por mí cuello hasta mí pecho. Fue entonces cuando con los ojos cerrados senti unas manos grandes que me acariciaba los muslos y la parte interna de los mismos, mientras que la chica había pasado de besar mí cuello a darle especial atención a mis cenos.

No podía concentrarme con exactitud en nada de lo que estaba sucediendo, ni siquiera tenía tiempo para avergonzarme o arrepentirme. Porque el calor en mí cuerpo me invadían de tal forma que no me estaba dejando pensar con claridad. Cerré los ojos con fuerza cuando las manos de marcos me sujetaron por la parte de atrás de los muslos y su boca invadió completamente mí sexo haciendo que una gran sensación de placer me recorriera completamente...

Un gemido se escapó de mí boca cuando el moreno comenzó con aquel tormentoso movimiento con su lengua sobre mí clítoris. Haciendo que me retorciera, mientras que la chica prestaba gran atención a mí pecho, repartiendo besos por todo el, succionando y mordiendo cada centímetro del mismo.

Me estaban volviendo loca, la chica se separó de mí para desatar mis manos y por fin soltarme. Mis manos calleron a los lados de mí sudorosa cara. Abrí los ojos un momento y la vi a ella observándome fijamente ahora se encontraba a mí lado en la cama, sus piernas abiertas mientras que su mano acariciaba su humedecido sexo excitado por mis gemidos y la imagen que se encontraba viendo. Aquello no hizo más que calentarme aún más, y fue lo que hizo que por fin terminara mientras un exquisito orgasmo me sacudía de pies a cabeza.

El chico se separó de mí sexo y vino gateando hacia donde yo me encontraba, cerca de Nuria la cual estaba tan húmeda y excitada que solo hizo que me excitara más. Marcos me tomó por el cuello mientras me acercaba a sexo de la chica. Sin miramientos enterré mí rostro entre sus piernas saboreando su dulce sexo haciendo que ella soltera un delicioso y caliente gemido de puro placer que solo hizo que quisiera más gemidos de aquel tipo, me dediqué a comerle el coño, mientras que el chico a mí lado se posicionó detrás de mí acomodándome en la mejor posición para introducir su miembro.

Una vez en cuatro sentí como poco a poco su miembro erecil me llenaba por completo robándome un pequeño gemido que no pude evitar, continúe con lo que estaba haciendo como pude torpemente porque era mí
primera vez pero con tanta locura que sentía que lo había hecho toda la vida. Sobre todo porque los gemidos de aquella chica hacían que sintiera que mí experiencia en aquello era infinita.

En especial porque no lograba concentrarme, la excitación que sentía en aquel momento era demasiada, marcos me embestía con fuerza, como si en cada momento me marcara para que no olvidara aquel momento y los gemidos descontrolados de Nuria no dejaban de hacer estragos en mí, marcos aumento la fuerza en sus embestidas en el mismo instante en el que la respiración y gemidos de Nuria se hicieron inestables y descontrolados.

Aquello solo hizo que mí excitación llegara a tal límite que no pude aguantar más y una vez más en la noche me corrí justo en el mismo momento en el que la chica en frente mío se dejaba llevar por un exquisito orgasmo que la estremeció completamente y el chico detrás de mí dejaba que el caliente líquido me llenara por completo.

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