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Lo miré a los ojos, sabía que le encantaba que lo mirará de aquella forma. Sabía que le excitaba verme desnuda ante el. A su merced, tan cerca, pero sin siquiera poder tocarme porque yo no sé lo permitía en aquel momento. Quería jugar un poco con el, quería ver hasta dónde podía solo mirar, quería probarlo.

Abrí mis piernas un poco más para que tuviese mejor ángulo de mi húmedo coño. Metí dos de mis dedos en mi boca humedeciendo los con mi saliba para mejor experiencia.

Metí mi mano entre mis piernas, sin quitar la vista de el, la cual ya se había dirigido directamente hacia aquel sitio en donde mi humedad comenzaba a crecer mientras que yo me tocaba solo para excitarlo aún más.

Mis gemidos se apoderaron del silencio de la habitación, me encantaba hacer aquello, me encantaba tocarme pero lo que más me gustaba era ver la forma en la que el me miraba, eso era lo que más me excitaba en aquel momento. Introduje un dedo en mi interior robándome un pequeño gemido que parecio excitarlo aún más a el, podía ver su pantalón, tenso en ese sitio en donde se encontraba su verga, erecta y lista para follarme.

—Te gusta lo que ves?—le pregunté juguetona mientras sacaba los dedos de mi interior y me los metía en la boca para saborearme a mí misma—me estás volviendo loco Jen—diji tensando la mandíbula, sabía que no aguantaría más aquella tortura, sonreí pícara mientras volvía a tocarme—Tocate para mi—le pedí el sin pensarlo mucho sacó su erecto miembro de su pantalón y comenzó a masturbarse de forma lenta.

Mirarlo de aquella forma, mientras disfrutaba la forma en la que yo me tocaba, me ponía a mil. Me encantaba me excitaba demasiado verlo de aquella forma.

El se puso de pie de la silla en donde se encontraba sentado y vino directamente hacia mi, posicionándose sobre mi cuerpo apretando su dureza contra mi parte más sensible y húmeda. Y sin decir más me dio la vuelta dejándome con todo el tracero y mi sexo expuestos hacia el.

Así como tanto le gustaba...

Un fuerte gemido se escapó de mis labios cuando me penetró de una sola estocada. Me encantaba la forma en la que su caliente verga me llenaba por completo. Comenzó a moverse de forma rápida, duro, así como a mí me gustaba. Volviéndome loca en el acto. Sabía que aquella era la forma en la que me gustaba que el me cogiera así duro sin rodeos y sin miedos. Dentro y fuera, dentro y fuera, mientras mi humedad crecía y mis gemidos se volvían incontrolables.

Su mano impacto contra mi nalga haciendo que me humedeciera aun más. El sabía que era lo que estaba haciendo. Saliendo casi completamente de mi me tomo del pelo para volver a embestirme de forma dura y rápida.

Estaba casi a punto de venirme cuando el aumento sus movimientos haciendo que me perdiera en un delicioso orgasmo mientras que el me llenaba completamente con su caliente y delicioso fluido.

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