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La mire por última vez a los ojos, sus mejillas sonrojadas y el brillo en sus dos iris negros como la noche le dieron la bienvenida a mí mirada lujuriosa, pasé mí dedo indice por su humedad percatandome de lo mucho que deseaba aquel momento, estaba tan húmeda que con solo un movimiento mí dedo podría introducirse en su caliente coño, pero aquel no era el momento porque antes de ello quería algo más, quería verla gritar, gemir, sudar, quería escuchar de sus carnosos labios mí nombre mientras que me comía su dulce coño.

Atandome mí larga melena rubia en un moño, me acomode entre sus piernas mientras no dejaba de mirarla a los ojos. Le sonreí llena de picardía dando a entender que era lo próximo que iba a suceder. En el momento en el que Rose mí lengua en su húmedo sexo, ella arqueo la espalda mientras un leve gemido salía de sus labios. 

Sonrei entre sus piernas divertida de lo que estaba por suceder. Ella siempre me había atraído, siempre había querido verla así, en mí cama, con sus piernas abiertas ofreciéndome su delicioso coño y ahora que la tenía allí, haría todo por disfrutarla.

Con mí lengua comencé a trazar círculos en su clítoris, con movimientos suaves pero continuos que hacía que ella se tensase y humedeciera mucho más conforme mi tortura avanzaba, gemidos fuertes inundaron la habitación. 

Me encantaba aquel sonido proveniente de ella, tan sexy, tan caliente. Me estaba haciendo humedecer a mí también, quizás luego la pondría a comermelo a mí, pero mientras quería verla retorcerse bajo mí lengua, quería verla gemir, gritar. Quería volverla loca.

Subí y baje, desde su clítoris hasta su entrada y viceversa. La respiración de Melani se escuchaba más pesada cada vez, sus gemidos eran más fuertes. 

Y no me detuve. Introduci un primer dedo, su interior me abrazo en el momento, se sentía tan cálido tan mojado. Que mí entrepierna se humedeció aún más deseosa de que ella también hiciera aquello conmigo, deseosa de verla por primera vez chupándome el coño.

Lleve mis manos a sus nalgas las cuales apreté con fuerza mientras aumentaba mis movimientos sobre su clítoris, haciendo aquellos movimientos circulares mientras que mí dedo en su interior salía y entraba de ella. 

Haciéndola retorcerse, haciéndola gemir, estremecerse. Aumente la velocidad en mí dedo cuando la humedad entre sus piernas aumento aún más, cuando sus gemidos fueron aún más descontrolados, cuando su respiración comenzó a ser entrecortada. Sabía que la tenía a punto de entregarse completamente a aquel placer que me encontraba dándole, sabía que estaba a punto de hacerla correrse.

Y no tardo tanto en hacerlo su espalda se arqueo, mientras que un grito salía de sus labios y sus piernas temblaban.

Me aleje de su sexo arrastrándome entre sus piernas hasta su rostro sonrojado y lleno de sudor después de lo que había hecho. Cuando la mire a los ojos se sonrojo mucho más, sabía lo que significaba todo aquello para ella, sabía lo que le habían enseñado durante todo aquel tiempo, y aunque en su interior sentía que aquello estaba mal, no había cosa que la calentará más que que yo le chupara el coño de aquella manera....

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