Trás La Verdad [Vida Y Muerte #1] (EDITANDO)

[11]

Una visita

.

.

.

El inicio de clases después de ser expulsada, y después justificada en reposo, fueron fatales. Tenía que correr para un lado, después para el otro, ni siquiera tenía tiempo de almorzar. Tenía que recuperar las pruebas, los talleres, los exámenes, exposiciones, interrogatorios...

Lo cierto es que parecía recién salida de manicomio; cabello despeinado, sudorosa, camisa sucia, (ya que cuando iba con mi jugo, un chico tropezó conmigo, el muy desgraciado ni se digno en pedirme disculpa) trenzas desechas, e incluso iba por los pasillos peleando conmigo misma en voz alta por qué no me cabe en la mente los temas de las exposiciones e interrogatorios que tengo pendientes...

En fin. Todos se me quedaban mirando como: ¿De dónde salió esta loca?  Pero aja, mi orgullo me gritaba que siguiera con la frente en alto. Aún que de seguro si fuera otra situación me hubiera reído de mi misma.

Entre a la biblioteca como alma que lleva el diablo, pise una de las trenzas de mis Jordán y me fuy de bruces contra el piso, maldije por lo bajo mientras me levanté, recoji la libreta y el boli que se me habian caído y corri a una de las mesas. Para mí sorpresa, Raúl estaba en una, pero me hice la loca y me fuí a otra. (Para alejarme más y no se por que). Deje las cosas en la mesa y me perdí en uno de los pasillos para buscar el libro indicado, regrese y me senté, habrí la libreta y empecé a escribir lo que necesitaba del libro. Tenía solo media hora para escribir un mierdero, así que hasta la letra me parecieron garabatos. Cuando casi terminaba, escuché la voz de Raúl a mi espalda:

—pareces loca ¿Lo sabías?—con indiferencia.

No dije nada al principio, no esperé que me hablara por qué si no mal recuerdo, le irrita hasta el que hable.

—no me lo habían dicho, pero la forma en la que me miraban los de los pasillos me daba a entender que sí—respondi ya escribiendo un poco más lento.

—no es para menos—se río.

Ridículo.

—ja. Ja—solte irónicamente y seguí escribiendo.

Unos segundos después y rodó una de las sillas que están al frente de mi y se sentó.

—¿Puedo?

Lo mire arqueando una ceja.

—ya te sentaste—dije volviendo mi atención a la libreta.

Duro unos segundos en los que sentí el peso de su mirada, tan pesada que empezaba a ser molesto.

—¿Por qué tanto afán?

Lo mire otra vez, señuda.

—tengo casi un mes sin entregar los trabajos pendientes.

—que irresponsable—se rrecosto del espaldar de la silla cruzándose de brazos.

Decidí ignorarlo, no tenía tiempo ni ganas de perder el tiempo.

—es extraño—solto de repente.

Solté el boli sobre la libreta y lo miré. Lo detalle sin pudor, tenía los ojos azules casi llegando a gris, tenía las facciones remarcadas, la nariz recta, espejas cejas, el cabello negro azabache un poco largo, con un corte de maquina de afeitar solo detrás de las orejas que termina en su nuca, no recuerdo cómo se llama ese corte, creo que era "cristal" o "cresta". Aún tenía ese presentimiento de que ya lo había visto en alguna parte.