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¿Pesadilla...?

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Tiene un cuchillo en su mano lleno de sangre con el que ve a todos esos niños de su misma edad que acaba de matar y sonríe de satisfacción al recordar los gritos y súplicas de aquellos restos que quedan en el suelo, pasa su lengua por aquel cuchillo saboriando el sabor de la sangre y hace una mueca de asco.

Un humano jamás tendrá el sabor de la sangre que tengo yo—murmura y ríe con gracia sintiéndose superior.

Camina hasta ver un cuerpo en específico y con el cuchillo le empezó a cortar la cabeza.

Eso te pasa por ser inferior—le dice al cuerpo inerte, ríe con cinismo y burla cuando levanta la cabeza al aire cantando victoria.

Toda salpicada de sangre, toda salpicada de superioridad.

—¡No!—me siento de golpe en la cama mirando a mi alrededor algo alterada.

Me pongo una mano en el pecho y suspiro de tranquilidad ya que solo fue una pesadilla. Ya es medio día, lo más seguro es que las chicas ya se hayan ido. Me levanto, me lavo la cara y peino mi cabello, que parece un nido de pájaro porque no me lo peine anoche. Bajo con un hambre que me está matando a la cocina y agarro una taza, sirvo unas galletas para comerme las con mermelada y mantequilla de maní, rara combinación por si me lo preguntan.

Se me pasa por la mente llamar a mis hermanos y a mi primo para ver películas en mi habitación como solíamos hacer los fines de semana. Me paro en frente de la puerta de la habitación de Roy y justo cuando voy a tocar, todas las imágenes de lo que pasó anoche pasan por mi mente frenando me en el acto. Todo me hace dudar de el, de todos por qué es obvio que mis padres saben algo al respecto y con la taza de galletas entro a mi habitación serrando la puerta a mi espalda. Recuesto mi espalda en la puerta y bajo hasta sentarme en el suelo.

No soy tan curiosa como para querer saber la verdad, en el fondo no quiero saberlo por qué siento que cuando lo sepa cambiará todo y no quiero éso. Quiero que todo siga tal y como está; salir o ver películas los fines de semana, cuadrar fiestas en grupo, salir de compras en familia los martes en la tarde, seguir con mis estúpidas peleas de hermanos con Jake, seguir enseñándole de a poco a Sophia, criticar a las personas que pasan por mi lado junto a Roy, salir y distraerme con mis amigas ¿Por qué que más puedo pedir? Tengo todo lo que necesito estando así, no necesito más.

Me levanto y me siento en la cama para buscar la película y elijo ver "after: para siempre" al menos para distraerme por que no quiero pensar en nada respecto a que estoy pensando en que mi primo es un vampiro.

«es estúpido solo cuando lo pienso» pasa el rato, la taza de las galletas ya está vacía y ya no tengo ganas de seguir viendo películas, al menos no sola.

Bajo a la cocina para dejar la taza y mi primo está sentado en la isla metido en el celular.

—hola, Prim—me dice sin despegar la mirada del aparato, no recibe respuesta de mi parte, levanta la mirada y apaga el teléfono—¿Todo bien?

Dejo la taza a un lado y me siento a su lado mirando le el hombro que está envuelto en una venda blanca.

—¿Tu estás bien?—le pregunto y sonríe de lado arqueando las cejas.

—Seee. Aún me duele pero en unos dos o tres días estaré como nuevo.

Veo al frente y dejó caer mis brazos en la isla.

Trás La Verdad [Vida Y Muerte #1] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora