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Si mi padre estuviera vivo, estoy seguro de que hubiera actuado de la misma manera.
Me lo repetía cada vez que volvía el deseo de abandonarlo todo y volver.

Papá era un hombre amable, no creía que alguien pudiera elegir hacer daño por placer. Yo nunca estuve de acuerdo. En mis dieciocho años de vida había conocido a muchas personas que se divertían causando daño a otros.

Además de padre, era un gran compañero. Siempre dispuesto a ayudar, sin importar cuál fuera el motivo.

Parecía que nada podía afectarlo. La única vez que lo vi llorar, fue cuando tenía ocho años, el día que murió mamá.

Lo recuerdo bien.

Recién a esa edad me enteré lo grave de la enfermedad de mi madre, cuando ya estaba muy cerca del desenlace.

No lo hubiera superado sin la ayuda de papá.

Desde la mañana siguiente al entierro, el asumió el río de madre y padre para mi.

Hizo todo lo posible para que yo viviera una infancia feliz, y que la tristeza por la muerte de mamá fuera distante.

La relación se fortaleció a medida que fui creciendo.

Si, lo extrañaba.

Al ver el cartel que anunciaba la bajada veintiuno de la playa, reduje la marcha y estacione el auto en el estacionamiento. El mío era el único vehículo en varios metros a la redonda. A ninguna persona pensante se le ocurriría ir allí un domingo a esa hora con el frío que hacía. A nadie, excepto a mi, obvio, que se me había ocurrido hacerme el héroe y que realmente no sabía dónde me estaba metiendo.

Solté el volante y comprobé la hora: faltaban dos minutos para la hora acordada.

Abrí la puerta y baje.

Note que todo mi cuerpo tembló por un momento. Sabía que no era solo por el frío, sino por el miedo a lo que podía encontrarme si seguía adelante. Me costó contener el impulso de regresar al auto.

Empecé a recorrer el camino que descendía hacia la playa. La arena que volaba me dificultaba mantener los ojos abiertos.

Tras avanzar algunos metros por el camino zigzagueante entre las dunas, perdí de vista el estacionamiento. Fue entonces cuando escuché un quejido que venía de algún lugar a mi derecha. Con miedo, me detuve y mire hacia ahí. No había nada diferente.

Retrocedí unos pasos de manera instintiva. No quería seguir adelante.

Volví a sentir el mismo tipo de sonido.

Entonces vi algo que me aterró. Detrás de una de las dunas asomaban las piernas de alguien tirado en el suelo.

Me acerqué un poco más al lugar, encontrándome con un pedazo de papel con un mensaje escrito en letras mayúsculas:

Los esperamos a ambos en la bajada seis antes de las nueve.
¡Nada de policías!

Etre todos los escenarios que imagine cuando decidí venir, definitivamente este no fue uno de esos.

--------¿?--

Buenass hola genteee

Volví chicos, volví

Andaba desaparecida, perdón, pero lamentablemente tengo q agarrar la pala e ir al liceo 😔

Les dejo acá este cap medio choto pero es lo q hay.

La verdad pensaba poner a la pareja de trueno y Nicki en esa historia, el problema es q ella tiene 15 y mateo 18 no es muy legal JAJAJA

En este tiempo q no escribí mis dos neuronas conectaron y se me ocurrió una idea para un fic.

Se me ocurrió hacer una historia en la  que cada cap este inspirado en una canción distinta, tipo mini one shots, se entiende?

Nse, díganmen si les gusta la idea y dejenmen acá canciones para usar.

Se les quieree🫶

(No se olviden de votar y comentar, no sean bldas)

Dangerous Donde viven las historias. Descúbrelo ahora