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La florería estaba casi que sola, en esos momentos solo habían uno que otro empleado haciendo arreglos, mientras que ahí estaba heeseung, esperando por atender a alguien.

– Estoy aburrido... - exclamó en queja, no llegaban clientes.

Caminó de un lado a otro, saliendo y una que otra vez bailando para distraer su mente, era aburrido ser el único sin un trabajo fijo en ese lugar.

– Hasta luego, heeseung.

– Nos vemos mañana, señora Jeon.

Despidió a otra empleada, el lugar estaba quedando vacío al ya ser casi hora de cerrar, y por alguna razón él no tenía pensando irse de ese lugar todavía.

– Heeseung, has limpiado ésta zona seis veces en todo el día, es mejor que vayas a descansar. - Dijo el señor woo, apareciendo detrás de él con una sonrisa cómica.

– Tengo muchas energías todavía como para cerrar.

El señor rió, se acercó al menor y apoyó su mano en su hombro.

– Si te quieres distraer allí atrás dejé un ramo sin terminar, en unos minutos vendrá alguien por el...

Heeseung no pudo ocultar su sorpresa.

– ¿L-lo puedo terminar yo? - Dijo tartamudeando, apuntándose a si mismo con sus manos temblorosas, manos que el señor woo tomó con ternura.

– Todo tuyo, heeseung. - Sonrió. – Dejo las llaves para que cierres, y que no sea tarde. - Dijo lo último, apuntandolo y con un rostro "amenazante" que solo provocó una tierna sonrisa en el joven.

Heeseung asintió, y se despidieron mutuamente con un "Buenas noches"
No podía con la emoción, corrió hacia el lugar donde solía trabajar el señor woo y todos los empleados a cargo de los arreglos, ramos y otros más.

La florería estaba compuesta por muchas zonas, entrando era el local en si para los empleados, habían muchas flores con sus respectivos nombres, esto ayudaba para que los clientes pudieran elegir por sí mismos las flores que deseaban, ahí mismo también estaba el lugar del cajero y donde heeseung solía trabajar, atendiendo las órdenes y llamadas.
Luego, más atrás estaban varias salas, en cada una habían al menos 3 empleados a cargo de hacer los pedidos, al final estaba el gran garaje donde llegaban al día camiones completos de flores, y Heeseung adoraba ser de los que se encargaban de descargar aquellos camiones, deleitándose con el maravilloso olor de todas esas hermosuras combinadas.

Su celular reproducía una cancion relajante, dejando que Heeseung sé concentrara en terminar el bello ramo con precisión, sin pasar por desapercibido ningún detalle, cuando le dió vueltas y arrugó sus ojitos pudo confirmar que la creación estaba terminada.

- Hermoso...

Escuchó el ruido de una campana, era la de la tienda indicando la llegada de un cliente.
Podría decirse que Heeseung saltó de aquella silla y salió con velocidad hasta llegar al frente del estante de la caja, con una respiración entrecortada y sus cabellos disparados por todos lados.

– Bienvenido a la florería Shimseo ¿Qué  se le puede ofrecer?

– Si es una florería dudo mucho que puedan ofrecerme un café, ¿o no es así Heeseung?

El chico volteó con rapidez al escuchar esa irreconocible voz, dejando con su expresión muy en claro la sorpresa de ver a aquel pelinegro frente a él.

– Jake...

– El mismo. - Dijo soltando una leve risita, provocando una sonrisa ladina y encantada del mayor.

Chico Delivery -HeeJake- 📱🖋️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora