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Abrió la puerta de cristal con mucho cuidado, viendo como algunas luces ya estaban apagadas dando a saber que el lugar ya estaba cerrado, pero aún así estaba ahí, buscando al alto chico que no aparecía por ningún lado.

– ¿Heeseung?

Otras luces se apagaron y se sobresaltó, pero aquel miedo se ahuyentó en el momento en el que vió al chico salir con una mochila entre sus hombros y un ramo en sus manos.

– Hey...

– Hey. - Contestó, ambos con una sonrisa. – ¿Para qué me citaste aquí?

– Mmm... Quería verte... Y darte algo.

Antes de que pudiera contestar vió el hermoso ramo que Heeseung le extendía, se apuntó a si mismo preguntando si eran para él, Heeseung solo movió su cabeza en afirmación y una sonrisa, Jake se enternecio y tomó entre sus manos el lindo arreglo floral.

– Las favoritas de tu mamá. - Jake sonrió con nostalgia, eran divinas.

– Heeseung... Gracias.

El mayor movió su cabeza. – Vamos, te acompaño de vuelta a casa.

– ¿Me hiciste venir solo por esto? - Cuestionó con burla.
El mayor elevó sus hombros avergonzado. – Quizá solo quería verte.

Con las mejillas sonrojadas salió de aquel lugar, con heeseung detrás de él y un ambiente desconocido que los envolvió, pero le fascinaba.







































– Estás mejorando, no cualquiera sabe combinar bien los colores.

– Creo que es solo porque me esfuerzo y les tengo cariño, el señor woo dice que cuando las amas y tratas como un ser vivo más ellas te recompensarán con su belleza.

– Awww... El señor woo siempre fue un romántico cuando se trata de flores, dice que son como su amor.

– ¡Cierto! Lo dice siempre.

Iban en el auto del mayor, escuchando una canción a un volumen moderado porque al parecer la conversación que estaban teniendo era mucho más divertida e interesante.

– Heeseung. - El chico hizo un sonido haciéndole saber que lo estaba escuchando. – ¿Por qué me llamaste a ésta hora? Son casi las dos de la madrugada.

El chico asintió avergonzado al escuchar la hora, quizá sí se excedió un poco.

– No sé, Jake... Ví las flores y al instante pensé en ti, hice el ramo y al instante supe que debía dártelas y lo único que se me ocurrió fue decirte que vinieras.

El silencio se instaló por unos minutos, el menor sin saber que más decir y un poco avergonzado por esa "confesión" del chico.
Miró para todos lados tratando de que sus mejillas sonrojadas no se notaran y, miró las manos del chico, una en el volante y la otra en los cambios, sintió un pequeño cosquilleo y un pensamiento que esfumó con pesadez, no debía hacer eso, pero bueno, él era malo para obedecer incluso cuando se trataba de él mismo.

Su mano se movió con temor hasta quedar encima de la mano del mayor, y cuando sintió como se tensó supo que había sido una mala.

– ¡E-eh yo... yo no quise-...

Antes de que pudiera seguir hablando el castaño tomó su mano entrelazandola con la suya propia, Jake suspiró, empezando a sentir los latidos desenfrenados de su corazón.

Ya era tarde para negarlo, Heeseung le gustaba, y mucho.

– Tus manos son suaves.

– G-gracias.

Chico Delivery -HeeJake- 📱🖋️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora