Volviendo a mis 15

Cap. 7: Efectos colaterales

Kinn estaba encerrado en su cuarto caminando de un lado al otro, había llegado hacia un rato, pero evito intencionalmente a Porsche, no creía estar listo para tener una conversación con él. Escucho la llamada entrar, el tono de espera, uno, dos, tres pitidos y nada. Sintió la ira llenarlo ¿En verdad iba a actuar así? ¿No pensaba volver? Había estado todo el camino a la casa pensando en que decirle, necesitaba hablar de todo urgente, no podía seguir dándole vueltas a eso. Pete era el único que podía aclararle todo ¡Pero debía aparecer!

Molesto arrojo su teléfono sobre la cama, era la cuarta vez que trataba de hablar con Pete, la cuarta vez que le daba el buzón ¿Por qué? ¿Estaba evitándolo? ¿Dónde estaba? ¿Con quién? ¿Por qué aun ahora sentía que le pertenecía a otro?

Se giró con la vista en la cama, esa que tantas noches compartieron, esa que jamás usaron para tener relaciones, mierda, ellos nunca tuvieron relaciones ¿Por qué pensó que eso era normal? Aun cuando Pete se mostraba dulce con él a veces estaba claro que no había mas ¿Por qué pensó que era tímido y no se replanteo el hecho que en todos esos años no quiso intimar con él? Apenas y se besaban ¡Por dios! Había estado tan ciego.

Escucho un ligero golpe en la puerta pero no se giró, cuando esta se abrió emitió un bajo sonido, Kinn no tenía que preguntarse quién era, lo sabía, pero aún no estaba seguro de estar listo para eso.

-Kinn...-él se giró conteniendo su enojo para encontrarse con Porsche que lo miraba serio desde el marco de la puerta- estas... ¿Tratando de hablar con Pete?
-si- bajo la vista, aun recordaba lo ocurrido y aunque una parte de él no se arrepentía, la otra se sentía culpable. No quería hablar de eso, pero sentía que seria justo al menos decirle algo- escucha Porsche, sobre lo que paso antes...
-no... digas nada- soltó frenándolo con un movimiento de sus manos- no necesito oírlo, en serio- dijo sonriéndole con pena-solo... déjalo como algo que paso, un error.

Kinn lo observo con pena ¿Eso había sido? Una parte de él estaba convencido de que no era así, que pasaba algo más, pero otra parte... la parte lógica le decía que lo mejor era dejarlo pasar. Quería aclarar las cosas con Pete, tener una verdadera charla antes de mandar todo al demonio.

-sí, es lo mejor- susurro antes de apartar la mirada algo incómodo.

-entonces... eso- Su voz dejaba ver lo incomodo que estaba, se estiro tomando la manija de la puerta- me voy...a dormir, avísame cualquier cosa.

Kinn asintió, pero no lo observo, lo escucho cerrar y pronto los pasos alejándose por el pasillo. Todo estaba desvirtuándose en su vida, sentía que estaba por perder todo lo que creyó tener, pero antes de eso necesitaba ver a Pete, necesitaba hablarle y asumir si debían o no acabar con todo.

< ¿Dónde te metiste Pete?>

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El pelinegro se movió por el piso ajeno llevando solo una remera grande que no le pertenecía. La calidez del día los envolvía, la música baja sonaba por todo el sitio, era relajante y cómodo para ambos. El dueño de la remera lo miraba desde la sala sonriente mientras tomaba una taza de café, sus ojos no se despegaban de él, aun no lo creía. Desde que se levantaron habían estado pegados. Se besaron en la cama por largos minutos y luego fueron directo a la ducha. Entre risas se bañaron mutuamente, se tocaron con dulzura y ansiedad, se dieron tanto amor como pudieron y dejaron que el momento se extienda.

Vegas aun sonreía viéndolo, dio un trago a su bebida sintiéndose relajado, cuando lo vio estirarse para tomar un frasco y dejar gran parte de su retaguardia a la vista tosió, esto gano una mirada curiosa del pelinegro.