Volviendo a mis 15

Cap. 9: Premoniciones

Pasaba del medio día cuando Kinn decidió ir a ver a su padre, había intentado postergar eso, pero más allá de la curiosidad sentía un deseo ya conocido por ayudar a Pete. Aun cuando las cosas habían cambiado entre ellos no le gustaba saber que este era amenazado, más cuando esa amenaza lo incluía. Con molestias o no había aceptado que o iban a estar juntos, quien fuera que este creando esas amenazas debía detenerse y la persona en el tope de su lista era un ser tan cruel y sin corazón que no podía evitar culparlo. Con paso seguro, camino hacia el despacho de su padre y entro sin siquiera anunciarse. Este alzo la vista de sus papeles y una sonrisa se posó en su rostro.

-mira quien ha regresado- Sus palabras no venían con buena intención, desde su renuncia y discusión poco habían hablado, las cosas estaban tensas y su padre claramente no se sentía responsable de nada.
-no regrese, solo vine a aclarar algo -Ante la mirada de este apoyo el papel que Pete le había enviado sobre su escritorio- ¿Reconoces esto? Pete ha recibido tres cartas así ¿Sos el responsable?
-¿Ves que tenga tan poco que hacer para meterme en esas estupideces? Claro que no -solo quitándole importancia a la carta y volviendo su vista a sus papeles, la acción irrito a Kinn.
-quien fue entonces, lo sabes ¿Verdad?
-mira...- Su padre dejo lo que hacía y lo miro a los ojos- te lo pondré así. Los únicos que saben de esto son nuestras familias, sus padres, tu madre, tu hermano y yo -Kinn frunció el ceño- yo no pierdo el tiempo en eso, tu madre tiene mejores cosas que hacer y tu hermano se ha opuesto a esto desde el comienzo.
-entonces ¿Fueron ellos?-pregunto confuso luego de analizar las palabras.
-su padre está ocupado tapando el nuevo negocio, lo puse a resolver algunas cosas para saldar... parte de su deuda- Kinn sabía que su padre estaba cobrándose las cosas por otro lado, su oposición a volver con Pete de baja sin utilizad el insistir con eso, pero bien tendría cosas para que este hiciera pensando en saldar su posiblemente amplia deuda.- y su madre, vamos, creo que es tonta, pero no caería tan bajo.
-no entiendo, si solo nuestras familias lo saben...- El padre tiro el papel dejándolo caer en el suelo.
- ustedes abrieron sus bocas, alguien lo sabe y los chantajea ¿Quién y por qué? No tengo idea, y si te soy sincero ya no me importa. Sin hijo, sin descendencia alfa, nada de su asunto es de mi incumbencia- soltó directo.
-pero...- Korn se puso de pie mirando a su hijo
-no voy a solucionarles sus problemas, si queres que lo haga regresa a la empresa, volve a hacerte cargo de lo que te corresponde y conseguí darme un descendiente. Si no, no hay trato.
-no lo hare -soltó Kinn molesto.

Odiaba no poder contar con ellos. Que su padre pusiera su ayuda a consideración basado en lo que quería conseguir lo frustraba. ¿Cuánto tiempo se engañó creyendo que este lo quería, que le importaba algo más que su maldito legado? Él no era más que un descendiente, alguien quien esperaba siga sus pasos y eso sería su hijo también. Se giró molesto y salió de la oficina, eso no funcionaria, debía encontrar al culpable con o sin ayuda de su padre.

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Otra mañana despertando juntos, y como cada vez, se veían felices y melosos. Estaban sentados en el sillón, Pete sobre sus piernas, con los brazos del alfa rodeando su cintura y los propios envueltos en el cuello ajeno. Se estaban besando, mucho, con intensidad, y como cada vez... se sentían perdidos el uno en el otro. La televisión estaba encendida, y por más que ya casi fueran las once, parecía que el tiempo no importaba.

-creo que deberíamos parar- dijo Vegas, la sonrisa en su rostro era inmensa, amaba estar con el pelinegro, nada lo hacía más feliz.

-pensé que lo estabas disfrutando- Con un falso puchero cubriendo sus labios bajo la mirada- o es que ya no te gusta besarme.

-por dios- riendo tomo su rostro buscando cruzar sus miradas, cuando lo hizo dejo un beso rápido en sus labios- besarte es mi segunda cosa favorita en el mundo.