Nigth

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Era de noche en Seúl, eran las ocho de la noche y Kim Sunno, un estudiante de preparatoria se dirigía a su departamento para descansar de una ves por todas.
Por otro lado, en el castillo de los Park en lo más alto de una colina, el hijo mayor de la familia misteriosa, se despertaba de su larga siesta de tres largos años, sediento.

•Sunno narra.

Estaba yendo a mi departamento cuando mi celular sonó indicando un llamada entrante.

— ¿Si?.

Del otro lado de la línea.

— ¿Kim?

— Si, soy yo, ¿que pasa?

— Mañana te necesito a las cinco aquí sin falta, la Señora Chuu necesita sus velas, mañana sin falta.

— Esta bien, llegare mañana sin falta, Dahyun.

— Eso espero, chao.

Después de la llamada de mi compañera de trabajo, por que si, trabajo, en un puesto de velas aromáticas caseras, amo crear olores y hacer velas para gente mayor, simplemente saben apreciar más las cosas.
Estaba por llegar a mi departamento cuando mire una sombra d entre unos arbustos.

— Umm, ¿Hola?.— nadien respondió.

Me asuste y solo me límite a seguir mi recorrido, pero antes de subir las escaleras para llegar a mi departamento sentí como alguien me tomó del brazo para jalarme hacia los arbustos que antes mire moviéndose.
Mantuve mi boca cerrada al igual que mis ojos, si me hiban a matar que lo hicieran rápido.

— Hola pequeño..

Abri mis ojos, esa voz..

— ¿Sunghoon?.

— Hola, cuanto tiempo.

Por si se preguntan de donde conozco a Sunghoon les cuento. Tenía nueve años, si no mal recuerdo, corría por los pastizales donde había muchos tipos de flores, era tarde, el sol ya se había escondido por lo tanto no había nadien cerca solo yo.
Llegue a un punto que no sabía dónde estaba así que subí un poco la colina para orientarme, pero ahí lo ví, un niño de aproximadamente once años, palido, pelo negro, ojos rojos, delgados y vestido total negro conjunto a una capa roja.

— Hola, ¿te perdiste?— me pregunto mientras se acercaba a mi.

— S-si, pero de aquí miro mi casa.

— Oh ya veo, ¿quieres jugar?.

— Espera, ¿eres un Park?.

— Se me olvido presentarme, soy Park Sunghoon y tengo doce años, ¿y tu?.

Wow, tenía doce años era mayor que yo por tres años.

— Así que si eres Park, bueno, yo soy Kim Sunoo y tengo nueve años.

— Un gusto pequeño.

De ahí en adelante yo y Sunghoon jugábamos todas las tardes después de que el sol se escondiera, nos volvimos inseparables, tanto que hice pijamadas con el, más nunca el conmigo era raro, pero me caía muy bien.

Todo cambio a mi edad de catorce años, seguíamos siendo amigos pero había algo raro en el, se veía más pálido y sus ojos se veían aún mas rojos, además sus colmillos eran inusuales.

— Oye Sunoo, vamos hoy al cine, dicen que esta la nueva película de vampiros!.

—¿Vampiros?.

— Pues si, ¿no sabes que son?.

— ¿Debería?.

— Bueno, yo Jungwon como gran fan de los vampiros que soy te llevaré mañana a ver esa película!.

— Esta bien.

Ese mismo día en la tarde después de la película todo era más claro, Sunghoon era un vampiro.
¿Qué como me di cuenta?, fácil la película literalmente tenía a protagonistas con todos los rasgos físicos de Sunghoon además que ahora sabía por que nunca salía de su casa y también por que nunca me dejó pedir pizza.
El sol lo hacía cenizas y el el olor a ajo le repuganaba.

Ahora temía de el, de que me chupara la sangre, mi sangre tan única, mi sangre E+, deje de ir a su casa y deje de ir a la colina a jugar con el, lo veía sentado en donde nos solíamos encontrar, esperando por mi, nunca fui de nuevo por miedo.

Cuando cumpli los quince no lo ví más, desaparecío y su casa se mantuvo cerrada por todos esos años.

Hasta hoy..

Dark Blood. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora