🔗06: Me quedo Aquí.🔗

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"La tinta no secó, y en palabras dije muchas cosas.
Pero en mi corazón todavía queda TANTO por decir"
Gustavo Cerati.

Narra Ambar.

—Me dejaste todo chuponeado, hija de puta.— Dijo Fer mirándose en mi tocador.

—Oopsie.— Dije poniendo manteca de cacao en mis labios. —¿Queres que te lo maquille?— Ofrecí.

—Si, porfa.—

—¡Fernando, dicen tus papás que te prepares que te van a venir a buscar!— Se escuchó Cochi.

—En 15 estamos allá.— Dijo.

—¿Me baño yo o vos?— Pregunté.

—Anda, en mi casa me baño.— Dijo Fer. —Mientras armo todo.—

—Che, Fer, ¿podrías ir con ella?, Danilo nos contó algo y nos da un poco de miedo, y seguro seas en quien más confía.— Susurró Ana lo suficientemente fuerte como para que la escuche.

—Dale, Fer, lo único cuando entres no me mires.— Dije para que noten que los escuché.

Escuché a Ana decirle que venga, y seguido de eso vi a Fer entrando por la puerta.

—No veo nada.— Dijo.

—Bancame me pongo una toalla para que veas algo, sentate en el inodoro y dejo esto acá en el bidet.— Dije. Tomé una toalla y la até a mi torso.

—¿Listo?— Dijo sin sacar su mano de los ojos.

—Dale.— Dije.

—Callate Danilo, no se que dicen.— Escuche a Cochi susurrar.

Con mi mano izquierda tomé la toalla para que no se caiga y con la derecha abrí la puerta.

—Salgan ya de acá. Cochi, ¿Por qué no confias en mí?— Pregunté.

—No, yo- eh- no, em— Cochi no decía nada, solo, tartamudeaba una posible respuesta.

—Salí de acá, vos, Danilo, decí que compartimos cuarto.— Cerré y le pedí a Fer que se tape los ojos para retirarme la toalla, abrir el agua y entrarme a bañar.

Estuve charlando con el un rato, le dije que me probaría en Boca al día siguiente. El se entusiasmó muchísimo.

Terminé de bañarme, me sequé y sequé mi pelo, me maquillé un poco y tomé un bolso donde metí mamteca de cacao, toallitas humedas e higiénicas.

—Vamos.— Dije.

—Che, Bita, vení un minuto.— Llamó Cochi.

—Decime.—

—Vos dijiste que dejabas la merca, pero yo me doy cuenta si me falta algo.— Dijo enojado.

—Preguntale a alguno de tus perritos falderos, no a mi.— El tenía razón, había vuelto, pero no porque quiera.

¿¡Te pensas que soy boludo, que no se cuando me mienten!?— Levantó la voz.

—Chau.— Dije yendo con Fer hacia el portón.

Salimos y cuando llegamos, ahí estaban, los papás de Fer nos esperaban cerca de la canchita, viendo como jugaban unos pibes, cuando vi que dos se acercaban.

—¡Eh! ¡Ámbar!— Gritó Carlos.

Lo saludé con la mano y los ignoré.

—Anda si queres con ellos hermosa, nosotros no tenemos nada, vos Fer, también.— Dijo una mujer desde el auto.

DELINCUENTE || Danilo Sanchez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora