My inmortal [Ghost & O.C]

Capítulo 14

Narra Alison

Él volvió a besarme, se colocó un poco sobre mi cuerpo mientras me abrazaba fuertemente, mis manos lo abrazaron más a mi cuerpo, mis ojos se llenaron de lágrimas al verlo cuando se separó un poco de mí. Finalmente él estaba conmigo de nuevo, los dos estábamos juntos.

Escuchamos que tocaban la puerta, ambos nos separamos un poco.

— Perdón por interrumpir - la voz de Johnny se escuchó - pero es hora de desayunar.

Simon respiro pesadamente mientras yo soltaba una risa y pasaba mis manos por sus mejillas.

— Vamos a desayunar - hablé - sino él no nos va a dejar en paz.

— Es como un niño.

— Escuché eso - Johnny habló de nuevo -

— Largo Mactavish - Simon alzó la voz -

Después de unos minutos ambos estábamos yendo al comedor, nos sentamos junto a Johnny, Kyle y Price. En otra mesa estaba König y Kim.

Aún tengo que arreglar todo con König, sé que a él le va a costar mucho dejarme ir pero debe hacerlo, debe soltarme.

Cinco años atrás

Regresábamos de una misión, König había salido herido, en los cuatro meses que llevo aquí sé que resulta difícil que él se equivoqué en algo pero ahora sí lo hizo, todo fue mi culpa, por mi culpa él resultó herido.

Estaba en el área médica con él, había salido de cirugía, aún seguía dormido por la anestesia y yo estaba sentada a su lado viéndolo detenidamente. Aún me sorprende que a tan corta edad él tenga un cargo muy importante.

Estábamos en una cabaña, König y yo solamente, tenemos unas pequeñas vacaciones gracias a que es mi cumpleaños.
Estaba sentada en un sofá, él me miró fijamente al bajar las escaleras, se acercó hasta mi sentándose a mi lado, lo miré detenidamente.

— Nathalie.

— ¿Sí?

— Te quiero - paso sus manos por mi mejilla y sus ojos recorrieron mi rostro - te quiero demasiado.

No respondí nada, me quedé en silencio viéndolo, pase mi mano por su mejilla acariciándolo.

— Tengo un obsequio para ti - él me miró y del bolsillo de su pantalón saco una cajita -

Sentí en mi estómago el nudo de nervios que se formó, mi respiración se volvió errática.

— No es mucho - habló - pero espero te guste.

Abrió la cajita y era una medallita muy bonita, tomé la cadenita entre mis dedos observándola detenidamente.

— No es mucho...

— Me gusta - hablé - es muy linda.

Él dibujo una sonrisa, se la entregué y le di la espalda para que me la pusiera, eso hizo y giré a verlo nuevamente, pase mi mano por su mejilla y me acerque a dejar un beso en sus labios.

Llevabamos tres días aquí, no sé porque justamente hoy me sentía demasiado sensible, recordaba a Simon, quería llorar pero no podía hacerlo porque König estaba aquí y no quiero que lo note.

Él estaba en medio de mis piernas, me besaba apasionadamente, sus manos recorrían todo mi cuerpo, sus dedos se entrelazaron con los míos, puso mis manos a cada lado de mi cabeza. Ambos estábamos por llegar a nuestro orgasmo, sentí como él se presionaba más a mi cuerpo provocando que mis jadeos y gemidos comenzarán a salir de entre mis labios.