1. Conexiones Latentes

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— ¿Cómo vas? ¿Te queda mucho?

— Pues nada, solo unas doce cajas por ordenar —contestó la pelirroja con una sonrisa sarcástica— Ha bajado Alex a tirar las vacías para que no se amontonen.

— Pues haced una pausa que me muero de hambre —dijo su amiga arrastrándola del brazo y obligándola a salir de la habitación—A ver si viene ya este y comemos. ¡Venga que se enfría!


Esa mañana Violeta despertó con el ruido de la alarma taladrándole el cerebro, y con una notificación de Ryanair avisándole de que su vuelo con destino a Barcelona despegaría en apenas tres horas. Tras un rato más de remoloneo que le llevó más tiempo de la cuenta, saltó rápido de la cama y se metió directa en la ducha. Aún con el cuerpo mojado se vistió con rapidez y apuró los últimos minutos de su estancia en Granada para despedirse de su perra Diana. Cogió la pequeña maleta de mano que llevaría en el avión y salió por la puerta de casa visualizando como su padre abría el maletero del coche.

— ¿Todo listo?

— Si, solo queda esta. Me ha dicho Denna que ayer por la tarde llegaron todas las cajas.

— Perfecto, pues vámonos.


Se sentó en una de las sillas que había alrededor de la mesa redonda que adornaba la esquina del salón a modo de comedor. Sobre ella, la rubia había preparado la mesa con unos pequeños manteles individuales y los platos para los tres jóvenes, al lado de una botella de cristal y una barra de pan coronaba una increíble lasaña de calabacín que desprendía un olor tan apetecible que hizo que sus tripas rugieran automáticamente, pues no había probado bocado desde la noche anterior.

A eso de las cuatro, cuando los tres jóvenes terminaron de comer, la pelirroja volvió a su habitación con el fin de poder deshacerse al menos de un par de cajas más antes de ir a la oficina.

Esa misma tarde, su nuevo jefe la había citado a las siete y media para ir a la oficina. Aunque su primer día oficialmente fuese el lunes, al avisar de que su vuelo llegaba el viernes, Andreu, el director del periódico digital en el que comenzaría a trabajar la próxima semana le ofreció ir el viernes por la tarde para echar un vistazo a la oficina y presentarse a sus nuevos compañeros. La granadina no dudó un segundo en aceptar la propuesta, estaba ansiosa por comenzar esta nueva etapa en su carrera.

Tras acabar la carrera hace unos años, el grupo Mediaset contactó con ella para llevar a cabo el convenio de prácticas remuneradas, con la suerte de que consiguió permanecer allí dos años más en los que era la reportera encargada de realizar todas las conexiones en directo desde la provincia de Granada y de llevar a cabo entrevistas y reportajes que surgiesen en la zona. El tiempo que estuvo trabajando allí le bastó para saber que ese era el trabajo de su vida, que realmente le movía escuchar las historias de la gente y formar proyectos audiovisuales alrededor de ellas, al igual que informar sobre las noticias más relevantes del momento; sin embargo, había algo que siempre le rondaba la cabeza. Una vez que su contrato terminó, sintió que era el momento de buscar nuevos horizontes y desafíos. Siempre había sentido una pasión profunda por el arte, y la idea de explorar esta faceta en su trabajo comenzó a tomar cada vez más fuerza en su mente.

Apenas a dos semanas de firmar la renovación con el equipo de Mediaset recibió la llamada de uno de sus antiguos compañeros de clase, lo cuál la sorprendió mucho porque ni siquiera se podía decir que tuviesen una amistad, es cierto que se conocían bien y habían compartido bastantes proyectos juntos en los años de universidad, sin embargo, cuando el chico aceptó unas prácticas en Barcelona su contacto se limitó a respuestas esporádicas a historias de Instagram que de vez en cuando se alargaban un par de días.

— Es una oportunidad increíble Violeta, en cuanto me enteré pensé en ti. Quizá es una manera de empezar a moverte por dónde siempre quisiste. El departamento cultural es tu sitio, en una ciudad como Barcelona nos llegan decenas de avisos diarios sobre festivales, artistas emergentes o alguna galería de arte nueva que va a abrir. De verdad que creo que te encantaría.

Nadie Más | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora