Capítulo 51

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Harry se inquietó y se quitó por vigésima vez unas arrugas inexistentes de la túnica mientras esperaban a que se abriera oficialmente el Wizengamot. Era angustioso estar de pie en la auspiciosa sala, rodeado de brujas y magos mayores que miraban a Harry y a Lysander como si se preguntaran qué hacían allí dos niños.

-Espero que los elfos de tu casa les hayan puesto unos buenos encantamientos antiarrugas-, se rió Lysander.

-No finjas que tú también no estás nervioso-, resopló Harry.

-Un poco- admitió Lysander, -aunque creo que no tengo tanto en juego como tú. Quiero decir que el abuelo estará allí como jefe de brujos y, aunque oficialmente soy yo quien vota, no él, al menos tengo a alguien a quien recurrir-.

-Ojalá pudiera recurrir a él-, suspiró Harry. -Pero ya he tenido suficientes historias del Diario el Profeta sobre cómo soy una marioneta del 'Lado Oscuro'. Necesito que al menos vean que actúo por mi cuenta si quiero que me respeten-.

-Recuerda que el director Riddle te dijo que lo conseguirás mientras la gente te vea discutir y votar con integridad-, le recordó Lysander a Harry.

-Lo sé-, suspiró Harry. -Sinceramente, creo que lo habría embotellado de no ser por esa pequeña charla de ánimo que nos dio antes de dejarnos hacer Floo. Sabía que sería malo, pero no pensé que todo el mundo me miraría como si fuera el diablo encarnado-.

-No lo son-, insistió Lysander, -pero los que no lo son simplemente mantienen las distancias. Quiero decir que no creo que ayudara mucho que Lucius se hiciera el simpático contigo-.

-Supongo-, suspiró Harry. La verdad es que lo entendía, pero eso no facilitaba necesariamente la situación. No se había dado cuenta de la influencia que Dumbledore había acumulado en el Wizengamot a lo largo de los años. Lucius y Corvinus habían intentado advertirle, pero al parecer ni siquiera ellos habían sido capaces de adivinar lo extrema que sería la opinión en contra de Harry. Por supuesto, no ayudaba el hecho de que Harry le hubiera arrebatado gran parte de su poder de voto. En el pasado, Dumbledore había utilizado los tres escaños de los Potter, así como los de los Weasley y los Prewett, y había aprovechado su posición de jefe brujo para apoderarse de los escaños no utilizados y ponerlos de su parte. Esto significaba que a menudo tenía entre 8 y 10 votos, lo que le permitía bloquear fácilmente la aprobación de muchas leyes.

Perdió esa capacidad al cierre del Wizengamot el año pasado, cuando Fudge decidió nombrar a Corvinus en su lugar. En un principio, le había ofrecido el puesto a Tom, pero el director lo había rechazado, diciendo que quería concentrarse en un solo trabajo a la vez. Sin embargo, había recomendado a Corvinus y Fudge había aceptado, viendo claramente que la influencia de Dumbledore estaba disminuyendo. El bando de Dumbledore se había quejado de posibles prejuicios, por supuesto, pero al menos seguía teniendo los asientos Potter y un bloque de cinco votantes seguía siendo bastante significativo para una sola persona. O eso creían. Harry había ocupado sus escaños el día de su cumpleaños, dejando a Dumbledore con sólo 2 de 50 votos, lo que suponía un duro golpe para su poder. No ayudaba que Harry hubiera sido nombrado apoderado de Severus y Sirius, lo que elevaba su poder de voto a 6. Eso ya habría sido bastante aterrador para una sociedad que temía cualquier tipo de cambio real, pero probablemente se habían dado cuenta de que las cosas estaban aún peor de lo que temían.

Justo antes de llegar al Ministerio, el director Riddle había nombrado a Lysander su apoderado. Lysander se había sentido sorprendido y honrado por el anuncio, aunque Harry no tanto. Tom ya había hablado con él al respecto y le había explicado que creía que Lysander se merecía el reconocimiento y que también quería quitarle un poco de presión a Harry. Harry había estado completamente de acuerdo con la propuesta y había felicitado alegremente a Lysander cuando se lo dijeron. Sin embargo, eso significaba que la pareja de jóvenes magos tenía casi tanto poder de voto como el que solía tener el Gran Albus Dumbledore. Teniendo en cuenta que gran parte del mundo mágico consideraba que las palabras "cambio" y "progreso" eran equiparables a las maldiciones, no era de extrañar que muchos de aquellos viejos brujos les clavaran la mirada.

THE PRICE OF FREEDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora